Antes y ahora







Desde hace muchos días tengo la cabeza en otros lados, los días se hacen largos o cortos, importante o ridículos, valiosos o inútiles. El tiempo siempre fue cruel, pero parece que se dedica mucho mas en esta época y cada día que pasa no puedo diferenciar bien lo que es cierto de lo que me gustaría que fuera cierto. Y es que a la gente que espera o la que busca respuestas el paso de las horas se vuelve una demencia, sobre todo cuando no hay respuesta o conocimiento cuando nadie explica nada y todo es tan incierto.

Entre el antes y el ahora, no se bien en que momento las cosas cambiaron, en que momento deje de ver las cosas de la misma manera. Cuantas veces quise hacerlo feliz, perdí la cuenta de las veces en las que quise complacerlo y entregarme por completo, con los ojos cerrados y el corazón abierto, esperaba todos los días una palabra de aliento, un te quiero disfrazado, un lo siento o lo lamento. Lo que en mi juventud me pareció amor ahora me sabe a un juego perverso, donde nunca nadie gana todo el mundo se hace daño es un lio eterno, con palabras dulces sin sentido y engaños en el nombre del amor que no sirven de verdad. Mis bolsillos ya no llevan caramelos, ni dulces ni boletos ni sueños, ahora se han enterrado cigarrillos y cuentas, papeles con palabras sin sentido. Ya no llevo mochila, todo va en un USB, y camino con las manos en los bolsillo y en la boca un cigarrillo, ya no doy saltos en la calle evitando las grietas, ahora camino con la mirada perdida entre la gente. Deje a un lado la ropa negra y compre camisetas sueltas, descubrí los bóxers y los pantalones ceñidos, queriendo cambiar cada aspecto de mi imagen para dejar el pasado en el olvido. No intento verme lindo o amable ahora ha dejado de importarme y es que ya no tiene sentido luchar por que la gente te acepte si al final los mandas al olvido. Ahora cuido mi dinero y pago cuentas, ya no junto para hacer viajes a otros países o comprar regalos que nadie recibirá al final del día.

Los días en los que escribía sobre amores y fantasías se ven ahora tan lejanas, ahora solo hago recuentos de daño, cuento historias amargas y recuerdo que he perdido mi destino. Ya no creo que estoy enamorado, creo que es solo la secuela de una obsesión, no encuentro ya románticos los mensajes anónimos, los veo como una especie de recordatorio, un acto de locura y cobardía. Hace mucho deje de sentarme a la mesa con mi familia, ahora me siento a comer solo en la calle o en casas ajenas, por que ya deje de tenerle miedo a estar solo o perdido, y ahora me siento perdido cuando no estoy solo. Mi cuerpo ya no tiembla de emoción a leer historia de romance o des amor, ahora solo pienso en hacia donde me toca ir y por donde ir, cambie los cuentos de ficción por historias llenas de misterio o desesperación. A mis amigos de la infancia los deje atrás, aunque allí están los insistentes los que se aferraron a mí como valientes que no temen al desastre que me envuelve y es que ya no busco gente con mis intereses busco gente que me ayude a crecer, que me escuche y me soporte.

Deje de confiar en mi intuición y me entregue a pelear y luchar con la razón. No soporto mi pasado aunque a pesar de todo sigo pensando que gran parte de quien era se ha quedado allí, que las respuestas se encuentra ocultas entre memorias que repaso y recuerdo sin encontrarle un buen sentido. Y es que hace unos años cada una de las palabras me sabía a cielo, a dulzura y ambrosia, pero ahora no, solo las veo como cobardía como una falta de respeto e hipocresía por lo fácil que resulta escudarse en canciones y prometer futuros que nunca llegaran. Y ahora ya no es como antes, en estos días la conciencia habla casi tan alto como mi demencia pero ahora dudo que me ames incondicionalmente como solía hacerlo, ahora solo ciento tus palabras muy vacías sin sentido y sin fundamento






Y es que aprendí, que el amor no se repite que caduca con el tiempo, que las sobras no me llenan que ocultarse y ser tratado como una vergüenza no es algo que merezca aunque fuera en el nombre de un amor que nadie ve. Y es cierto que lo extraño a veces un poco mas, a veces un poco menos, pero su recuerdo ya no me calienta no me provoca o alimenta, el deseo por su cuerpo se apaga, ni la lujuria ni el morbo se mantiene, el hambre por sus besos, palabras, voz y aliento se va apagando y enmudeciendo, aunque la verdad no estoy seguro si es bueno o malo, pero estoy mas que seguro, que lo que queda de nosotros de quienes fuimos y de quienes se amaron no alcanza para esperar, para escuchar, para enfrentar al mundo o retomar lo perdido. Pase día tras día esperando que volviera, que hablara, un mes entero el uno frente al otro y una pared de mentiras entre los dos, apagando ese deseo incontrolable por amar, por tomar, por tener lo que todo el mundo me negaba, por tenerlo a el, por hacerlo completamente mio recuperando lo que perdí y así hacerle el amor todas las veces que fuera necesaria para que solo quedaran su esencia y la mía envueltas para siempre. Ahora no, ahora lo veo lejos, resulta que ya las ganas no me dan para correr o perseguirlo sin un fin o motivo ya no puedo o no quiero esperar noche tras noche cosas que no van a pasar.

Pero no soy solo yo el que cambio, entre el antes y el ahora la distancia empezó a importar, el dinero se volvió prioridad, la vida fácil le gano a los sueños difíciles pero sobre todo el cansancio puedo mas que los recuerdos. El ahora es crudo y difícil pero a la vez lleno de oportunidades, el presente esta lleno de trabajo, de entendimiento de compresión, y sobre todo de secuelas del ayer, que estaba lleno de problemas y obstáculos pero sin lugar a dudas repleto de esperanza, de amor, de fuerza y de comprensión. Quizás jamás comprenda por que si sobrevivimos al ayer no pudimos mantenernos fuertes en el presente, o tal vez por que todo tuvo que irse a la mierda para que todos valoráramos lo que se quedo atrás, lo que fuimos, lo que amamos y lo que pedimos. Sin embargo aunque el presente es incierto, aunque no me termino de acomodar a los espacios vacios que mantengo, y aunque cada vez me alejo mas de lo que alguna vez me dio la vida la seguridad y estabilidad de la que tanto me pavonee durante tantos años, creo que estoy cerca cada vez un poco mas cerca de escapar, de mi mismo y sobre todo, de mi ayer.


Una cancion de antes, de la epoca de la incondicionalidad



Y una del ahora. En los tiempos de inconsistencias

Pasión





Me envenene todo lo que pude esa noche para no pensar más. Había tomado esas pastillas para dormir que el doctor me receto hace mucho en esas épocas fuertes de depresión, con la finalidad de que cuando no podía mas pudiera callar a la gran cantidad de ideas, fantasmas, promesas y palabras que vuelan en mi cabeza. Era menos de medio día y tenía los ojos perdidos en la nada, mi cerebro no respondía bien o simplemente no respondía a los comandos más simples, como si cada uno de mis sentidos estuviera desconectado de la matriz y mis neuronas decidieron fugarse por mis oídos y nariz. Sin embargo, hay algo que me tiene atento, alerta, el sentir mis dedos volar por el teclado, el sonido que emite el choque de mi derbis con las teclas me relaja, me hace sentir útil, acorde, afinado, por más que sea una ilusión, así que intento escribir más rápido, cada vez más fuerte para que el sonido me arrulle y me haga volver a esa cama tan ajena a tantos kilómetros de aquí.

Las pastillas están allí para hacerme olvidar, para que el combate contra mi propio estupor y descontrol físico sea mucho más importante que mi necesidad por recordar fechas prohibidas y tiempos subjetivamente mejores. Están para eso, no para hacerme una mejor persona o para que este en un mejor control de mis emociones, eso está claro, porque si fuera así a la mañana siguiente cuando el efecto no está completo no sería una gelatina desmoronándose. No, no hay sentido en tomar las cosas demasiado en serio, eso solo termina dando problemas, si lo sabré yo, pensar demasiado solo ocasiona mas caos sobre el caos, un caos del que al parecer no sé cómo librarme y el cual solo necesita las palabras de un anónimo escondido para incendiar el fuego incontrolable dentro de mi mente, un incendio voraz que va tragándose en sus llamas gigantescas cada pedazo de autocontrol y respeto, lamiendo con su calor insoportable hasta las zonas más recónditas de mi mente. Todo debe tomarse de a pocos, como la pastilla, de la cual siempre tomo la mitad, si la tomo completa pierdo el conocimiento por horas y regreso a la vida sin saber bien quien soy o que hago, me gusta creer que me muero por un rato, que salgo de esta realidad y borro los recuerdos de las últimas horas con un buen resultado. Los antidepresivos me mantienen en control, pero hace mucho que deje de tomarlos, no quiero un control en el cual me olvido del dolor y en lo que debería estar sintiendo y es que es cierto, tanto antidepresivo va comiéndose tu identidad o tu personalidad dejándote como una especie de autómata que se va volviendo adicto poco a poco. Yo me resisto a todo esto porque quiero creer que existe un motivo o razón más que importante por la cual me niego irracionalmente a olvidar todo lo que paso o continua pasando, no sé si esto sea cierto, pero me da una especie de seguridad alquilada ¿Quién sabe si es lo correcto o no? Definitivamente yo no, pero las voces, no sé si de mi demencia o de mi alma me claman que aguante un par de golpes más, mientras que el mundo interior y mi ya cansado espíritu me dicen “Manda todo a la mierda de una buena vez”.



En días como ese, en donde la mitad de mi organismo responde y la otra solo se queda inmóvil a la espera de la hora de la siesta creo que estoy realmente mal de la cabeza, pero por más enfermo o loco que pueda estar eso no quita que soy un hombre apasionado. La pasión es quizás una de las cualidades más peligrosas que puede tener una persona, tener pasión por algo o alguien solo para perderla luego es uno de los peores catástrofes posibles. Dicen que la esperanza y el amor todo lo puede, pero la pasión todo lo roba y lo viola, lo conquista, lo toma por la fuerza, así es la gente que enloquece con el deseo de poder y la efervescente ira de no tener lo que tanto anhelamos. En mi caso, como soy muy cobarde como para destrozar a alguien, o quizás porque yo estoy destrozado por dentro simplemente no puedo, he utilizado mi pasión para escalar y conquistar lo que me interesa, para arrancar del camino los obstáculos hasta dejar mis manos llenas de sangre, es un habito indiscutible, ser un apasionado que muere de ganas de arrancarle al destino lo que se le niega diariamente, que muerde araña y rasguña si es necesario conseguir lo que realmente quiere. Pero en condiciones extremas como en las del corazón donde la razón no tiene nada que ver, en las que ni los colmillos ni las garras son suficientes para romper la pared, la indomable pasión empuja a cometer errores y desaciertos, con tal de finalizar con la sensación de encarcelamiento y la terrible frustración que ocasiona el no poder dominar


Cada día, desde que soy un adolescente despierto con la idea de tener algo mejor, con las ganas de obsesionarme con algo, de tener un algo que sea completamente mio. Por eso, es que al final tanta gente va perdiendo su valor, porque no tengo interés en ellos si no pueden ser míos, no quiero algo a medias, por eso es tan humillante para mi orgullo querer a un perdedor que solo me busca por que no puede tenerme, y por eso, por el mismo hecho de que no puedo tenerlo y lo ame tanto esta derrota técnica lastima la poca cordura que queda rodando por mi cabeza. “Estos enamorados de tus recuerdos” es la frase que más he escuchado en estos últimos días, y es que es verdad, la gente de verdad es la gente que hace frente a sus problemas y no la que escapa y lanza promesas al aire, por eso el individuo al que amo es solo un recuerdo, aunque tal vez yo soy el que se ha vuelto un solo recuerdo, cada vez que dejo que la pasión me consuma dejo de ser ese intento de ser racional del que tan orgulloso puedo estar algunos días, cuando le permito a la obsesión hablar por mi y escribir post larguísimos que a nadie le interesa.



El tiempo me ha quitado muchas cosas, aunque lo más probable es que yo mismo me he quitado más de lo que el tiempo podría arrancarme por su cuenta debido a mi terquedad, por eso acepto mi responsabilidad de ser una llama extinguiéndose. Felicidades Alex, la pasión será lo que te consuma, la pasión por alguien que solo quiere verte destruido, aquella pasión de un amor que no existe por alguien que ya desapareció, esa incontrolable pasión por obsesionarte con el trabajo, aunque no sepas bien por que o para que. Celebremos esa demencia que te empuja a querer un futuro mejor cuando cada vez pareces esforzarte mas por dañar la poca sanidad que te queda y lanzar por la ventana la poca salud que se esconde debajo de tu piel, quizás en el fondo también eres apasionado por matarte a ti mismo. La pasión y la demencia son lo que te empujan a llegar a donde estas ¿Pero también serán quienes te empujen al vacio? Es una decisión del tiempo, y de otras personas que se quedan, o se van.

Siempre habrá otro lugar
y siempre habrá otra respuesta
la vida no va a parar
¿Te quedas o te vas?
porque siempre hay alguien mas
que te dirá que te quiere
la vida no va a parar
¿Te quedas o te vas?

Violencia





Es 14 de febrero, y desde que tengo quince años odio esta fecha. No me compro el rollo del día del amor o de la amistad, para nada y dudo hacerlo algún día. Cuando era adolescente y era extremadamente cursi, recuerdo que siempre le pedía a mi novio que hiciéramos algo especial por esa fecha. Con el tiempo, luego de que me dejara por primera vez empecé a darme cuenta que era un día mas y querer hacer tanto espectáculo por eso era ridículo. Cuando empecé a rodearme de gente cada vez más decepcionada de la vida, de personas que han encontrado el equilibrio en su propio caos y sobre todo, de gente mucho más madura me di cuenta que era un día más, y no era el fin del mundo ni la guerra perdida del amor y el odio, pero que no por eso, dejaba de ser una especie de bromar universal para todos los soltero, Single Awareness Day le dicen en E.U.

A los 16, en este mismo día, le quise hacer una sorpresa, por cosas de la escuela nunca la termine, aunque jamás importo mucho, en esa época considerábamos que era una pérdida de tiempo. A los 17, aun consideraba que era una cursilería, pero no pude evitar querer hacer algo romántico y tierno para él, funciono a medias, pero lo hizo y por algún motivo vi el día de otra manera. A los 18 me la pase fumando en el balcón de mi habitación, escuchando en replay las canciones que ya había escuchado mil veces, recién regresado de un infructífero intento de cena de San Valentín con alguien que ahora es una reina de la noche. A los 19 regresado a la realidad en la que estaba acostumbrado a vivir la pase como un día normal, pero eso no detuvo la lujuria desenfrenada entre dos personas que se buscaban cada día mas, que se deseaban con una fuerza e intensidad que nadie podía comprenderlo. A los 20, solo de nuevo, en la calle, mirando al cielo y preguntándome que es lo que pasaría ahora, a donde iríamos desde este punto, con los aromas y colores de cuerpos ajenos, pero con la esperanza hundida allí, clavada, recordando. Hoy tengo 21 años, estoy trabajando, estoy tratando de que los cuadros, informes, alertas, proyectos y cuentas sean lo suficientemente fuertes como para bloquear mi memoria. Pero no lo son, y no puedo controlarlo mas. El, o mas bien su recuerdo es mas fuerte, su fantasma es mucho mas agresivo y destroza mi cerebro, lo hace estallar y se atraganta mientras su voraz recuerdo se come con mis sentimientos inútiles y desgastados. No puedo, se escapa de mis manos, la idea de controlar este sentimiento en este día es inútil, es una guerra perdida. Como un taladro perforando mi mente antes de que me de cuenta, un ser endemoniado violando cada centímetro de mi auto control, el recuerdo y la memoria toma el control completo de mi ser.



Mientras todo esto pasa escucho "Monster" de Lady Gaga, y me pregunto ¿Le gustaba tanto esa canción porque era su realidad, su historia? ¿Por qué así se había vuelto su mundo, porque así habían sido las cosas mientras no estaba? ¿Por que conoció a alguien que se comió su cerebro y su corazón lentamente sobre una cama? ¿Por qué se volvió adicto al sexo o al cariño y por eso se enamoro? Yo no sé si es así, tampoco sé si quiero saberlo. Lo que si se , es que en algún momento yo le di mi corazón sin preguntarle si le servía o lo quería, mi cerebro fue su territorio a conquistar, donde dejo su huella y clavo su bandera, mis sueños fueron su escalera, y se dio el lujo de pisotear uno tras otro hasta llegar a donde quería. El punto es que, sigo escuchando la canción y me doy cuenta que sin todas esas cosas, yo también me he vuelto una especie de monstruo, una criatura que se desliza por las calles y la red, a la espera de algo, de un momento, un instante, una distracción. Alimentándose de violencia, de la violencia que resulta arrancar de las manos lo ajeno, de las peleas innecesarias, de las discusiones para demostrar una inexistente supremacía pero sobre todo, de esa manía de golpearse contra los muros, de irse de cara contra el suelo y pararse con la herida aun sangrante. Es un monstruo inusual, uno que no busca ni placer ni carne, pero el placer llega, de maneras extrañas, distorsionadas, borrosas, y la carne no llama la atención, porque quiere mantener la distancia de los últimos pasos que tendría que cruzar para volverse despreciable, un animal sin sentido que busca mantener la distancia de su símil. Porque a pesar de estar cayendo cada más en la violencia y autodestrucción, jamás sería capaz de caer tan bajo para desechar sus principios, nunca cazar una presa que no vas a disfrutar, nunca buscar un objetivo al cual vas a desechar, sin embargo, no esta muy claro si por hipocresía o necesidad, si se permite la entrada y permisos a la gente tan ciega, tan loca, tan terca de querer ingresar al nido del animal descontrolado en el que cada día me empiezo a transformar. Hay hambre, soy un monstruo con hambre, no encuentro lo que quiero, no encuentro nada que dure, muerdo aquí y allá pero nada me satisface y por eso me quedo solo, herido, lastimado de muerte en el fondo del alma con la daga del pasado clavada y desangrándome por dentro, una bestia que no es lo suficientemente fuerte como para hacer frente a los diferentes desafíos que se le presentan en el momento de vida o muerte y solo puede regresar a su cueva.

Es otro San Valentín que se va, un año que pasa, un día que se demora en terminar, un momento demasiado largo en el cual todo me recuerda a cosas que ya no son y nada me recuerda la realidad, el momento, el instante, porque en realidad, no hay nada recordable, no hay nada que dure. La vida se ha vuelto así, una continua carrera sin sentido donde yo escapo de la monotonía que tanto disfrutaba, para ahora mantenerme entre salto y salto escapando de mi propia demencia, del descontrol que cada vez es más evidente, del vacío emocional que me queda y empieza a tener secuelas en mi cuerpo. Todo se ha vuelto tan violento, todo tiene que ser rápido e incontrolable, me lanzo a ciegas contra las paredes buscando estabilidad, buscando donde caer y retorcerme, pero no ocurre, no pasa nada, los golpes y cicatrices se hacen cada vez mas pronunciados. Me voy quedando solo mientras la locura aumenta dentro de mi, las voces que susurra su nombre, que me piden que lo espere han empezado a retumbar mas fuerte, han sentido su esencia etérea flotar en comentarios anónimos, el corazón se agita, como queriendo escapar del cuerpo y volar hasta el, no puedo contenerlos, se mueven demasiado, siento que me van a hacer estallar, y eso es lo que quiero, estallar, hacerme una pila de recuerdos que no van a ningún lado, por que si así, si al menos así, logro dejar de ser yo estaré bien, estaré mejor de lo que estoy ahora. No puedo hacer nada si la obsesión vuelve, si el recuerdo vuelve, si aun no entiendo y no entiendo y sigo sin entender que se acabo, que esta es otra historia, que sin mi esta mejor, que su vida tiene todo lo que quiso, y debería ser la ultima de las prioridades en su lista.




Así que aquí estoy, vacio, roto. Desesperado por encontrar una manera de callar todos estos sentimientos que no puedo controlar. Ya nadie tiene ganas de escucharme por que la historia no tiene solución, por que sigo amarrado a algo que no existe. Por que duele y no se como superarlo, por eso dejo que cualquiera me tome, intente llenar el vacio con los valientes que quiere marcarme, por eso dejo que me lleven a donde sea, mientras sea lejos de mi mismo. Me pregunto si es que verme pagar por todos mis errores lo hace feliz, me pregunto si aunque quisiera volver conmigo, ¿Aceptaría la persona en la que me estoy transformando? ¿Aceptaría entonces que cada vez que vuelve, cada vez que existe de nuevo en mi vida me daña, me desarma, me vuelvo inútil y débil ante todos esos secretos y misterios, que cada vez dejo mas de ser la persona que fui y me vuelvo un ser agrio, enojado, frustrado y violento? Y es que esa es la realidad, aunque intente hacerme el fuerte, solo soy monstruo que cada vez se pierde más y más en el pasado, en sus memorias, en su presente incierto, pero que a pesar de todo eso, espera. Espera en las sombras, espera en locura, espera que le den el tiro de gracia o que le devuelvan esa humanidad que la violencia le quito.


No no of course we can't be friends
Not while I'm still this obsessed
I guess I always knew the score
This is how our story ends

I smoke your brand of cigarettes

And pray that you might give me a call
I lie around in bed all day just staring at the walls
Hanging round bars at night wishing I had never been born
And give myself to anyone who wants to take me home

Cuestión de costumbres


I spent my time just thinkin thinkin thinkin bout you
Every single day yes, i'm really missin' missin' you
And all those things we use to use to use to do
Hey girl, wuz up, it use to be just me and you



Dicen que el tiempo no pasa en vano, creo es cierto, desde que tengo quince años, llevo dando vueltas en una montaña rusa emocional. He estado en lo más alto de lo alto y en lo más bajo, he aprendido y he olvidado, tuve toda clase de aciertos y a su vez gran numero de errores, errores que me han costado caro, que me han sacado de mi realidad y a veces me han lanzado por las escaleras. Con lo que se y lo que tengo, he formado una pequeña barricada, una pared de arena para poder defenderme de los millones de problemas y dificultades con las cuales me enfrento todos los días. De las diferentes personas he aprendido lecciones diferentes, he adaptado y asimilado las lecciones que me han dado. Algunos han sido maestros crueles y violentos, otro por su parte han aprendido a su vez conmigo mientras la vida nos hacia mas fuerte a ambos y otros, con el cariño de una madre o una abuela me han enseñado con paciencia y buen humor.


Mis maestros, en todo el sentido de la palabra han tenido una serie de complicaciones en todo el sentido de la palabra pero aprendí muy bien de todos ellos. De mi madre aprendí la manía de revisar mi aspecto dos o tres veces antes de salir cuando era una situación realmente importante, aprendí a ahorrar y a hacer cuentas rápidamente por que uno nunca sabe cuando se acabara el dinero, y por esa época, cuando tendríamos que volver a almorzar galletas con atún, pero creo que las dos lecciones más importantes que aprendí de mi madre fueron, en primera, que la mentira y el engaño puede ser muy útil si son cantados de una manera suave y precisa, y la segunda, el rendirse no es una opción, el que se rinde es un cobarde, el que abandona es un cobarde que no debió participar en el primer lugar . De mi querida abuela Ida aprendí tres grandes lecciones, la primera que leer te abre la puerta a universos completamente nuevos, que escribir es la mejor manera de plasmas lo que haces y sobre todo, que la sangre no es el lazo más fuerte, que muchas veces el cariño y lo que otra persona significa para ti es mucho más fuerte y vital que lo que tu familia puede significar para ti. De Amelia, la abuela de uno de mis amigos aprendí que el encanto y la clase debe mantenerse siempre, incluso cuando la adversidad te golpee en la cara, el público no puede verte caer, aprendí también a valorar mucho las relaciones que tienes con otras personas, por más extrañas que sean, siempre tienen un beneficio. De Álvaro que fue uno de mis primeros jefes aprendí dos lecciones de vida sumamente importante: Ser gay y déspota es una de esas mezclas que hace que todo el mundo, y su madre, te odie te conozca y te envidie, pero sobre todo, te respete, mi segunda lección fue que la Inka Kola es una bebida perfecta para casi toda ocasión. Melissa que fue mi primera gerente como tal, y hermana de uno de mis amigos más viejos me enseño varias cosas, entre las que destaco el hecho de aprender que, cualquier trabajo mientras te respeten es un buen trabajo, que hay que saber disfrutar las cosas pequeñas de la vida cuando te las cruzas y sobre todo, que el cigarro es un buen compañero en los momentos difíciles, y claro que la comida siempre hace bien al espíritu. De la gente más cercana a esta época aprendí cosas muy diferentes, tantas que nombrar a cada uno de los nuevos puntos fuertes de mi vida requeriría un post completo dedicado únicamente a ellos, pero de que aprendí grandes y útiles habilidades y destrezas, desde cómo pararme en una exposición a cómo encontrar los puntos débiles de tus rivales en un trabajo, aprendí además a vestirme medianamente formal, a mantener un constante interés en la vida de mis contactos, a manejar las redes sociales para mi beneficio y oficio, y probablemente lo más importante y peligroso, a llevar mi ambición sin limites mucho mas lejos, a volverla mucho más real. El instituto me ha hecho más fuerte, me ha dado herramientas para hacerle frente al mundo y vencer, siquiera un poco, esa timidez e inseguridad que tan volátilmente habita dentro de mí.




Escondidos entre todas mis memorias y actitudes, compradas o robadas, están celosamente guardados los recuerdos de aquel sueño adolescente al que ame tanto. Recuerdo su voz, diciendo palabras dulces y riendo tímidamente cuando el calor del deseo era más fuerte que nosotros, recuerdo con cierta dificultad su voz volviéndose más suave y aguda cuando me dedicaba a desmoronar sus defensas y hacerlo repetir mi nombre. Aunque nunca sentí el sabor de sus besos, ni el calor de su cuerpo, recuerdo su manera de hablar, la forma en la que se expresaba del amor, de la cólera, de su familia y de mi, recuerdo como me decía y como le gustaba que le dijera, los nombres que usábamos en la intimidad y los apodos que nos poníamos por el simple hecho de decirnos algo nuevo cada cierto tiempo. Tengo grabado con fuego su mirada, sus ojos a los que siempre les creí, esos ojos que me miraban con ternura, esos ojos que deseaban mi cuerpo y brillaban cuando decía “Te amo”, y que ahora tanta falta me hacen. Mantengo las memorias de todas las cosas que hicimos juntos, de las tareas, de los juegos, de las obscenidades y todas esas pequeñas conversaciones que teníamos. Cuando me siento solo, me gusta perderme por un rato, las busco en el fondo de mi memoria, las recuerdo, las respiro, saboreo y disfruto, siquiera por unas horas, al menos unos instantes para sentir que son ciertas, que aun estamos allí, que aun me desea tanto como yo lo deseo a el, con la misma locura intensidad pasión lujuria y demencia. Porque aunque intento odiarle y me mantengo en una espiral de cambio constante, brusco, e intente refugiarme en otros lugares, cuerpos, oportunidades y recuerdos, no puedo escapar de ese deseo carnal de amarte, de tenerlo, de hacerlo mío, de tomarle por la fuerza, de hacerle el amor mil veces si es necesario hasta que cada centímetro de su cuerpo quede con mi aroma, con mi esencia, limpiándolo de rastros ajenos hasta que solamente su esencia y la mía se junten como solían hacerlo, en un destilado de pasión y promesas. Aun sueño con él, aun me acuerdo de su rostro y su voz, de vez en cuando me encuentro murmurando su nombre casi inaudiblemente cuando me envuelvo en un momento de placer, aun me pregunto si le gustarían mis decisiones o si estaría orgulloso de mi. Pero es una enfermedad, es una adición, es una costumbre, un hábito que cada que intento romper vuelve a iniciarse una y otra vez, porque vuelve, aparece, y lo recuerdo con el amor que nadie más entiende y nadie quiere ver, ese sentimiento que no se si no puedo o no quiero abandonar, ese sentimiento que hace mucho perdió el control. Creo que el problema es que él y yo nos enseñamos a amar y depender el uno del otro, pero mientras yo le enseñe a que se preocupara mas por él, nadie me enseño a mí como dejar de querer a alguien que ya no piensa en ti.

Quizás es parte de las otras costumbres, quizás estoy acostumbrado solo a asimilar y no dejar de hacer cosas. Mauricio tiene mucha razón cuando señala que mi corazón y mi cabeza están acostumbradas al mismo circulo viciosos ¿Quizás me gusta que me lastime si es que así me hace feliz? Desgraciadamente en la realidad no siempre que te lastiman te recompensan, no es así. Es mi principal problema patológico, es mi Síndrome de Estocolmo, ser adicto a alguien que entre todo el desastre te mostro cariño. Soy muy crédulo, por eso cuando dice “Te amo” le creo, en silencio, a escondidas de todos los demás, pero le creo, y me dan ganas de volver hacia él, pero ya no puedo, la razón me bloquea, me lo impide, me arrastra lejos, me recuerda que él no quiere volver, que él solo quiere jugar con su reglas. Cada vez mi conciencia y razón toma más la forma de Mauricio, arrastrándome lejos de la puerta, como un sucio drogadicto tratando de escapar de la clínica de rehabilitación. Así son las cosas en mi vida, doy dos pasos adelante y luego uno atrás, avanzo, si, pero mucho menos de lo que creo o parece y definitivamente muchísimo menos de lo que me gustaría por que finalmente doy vueltas cerca del mismo problema, con solo una palabra a medias sin sentido ni identidad, con la vuelta de la promesa a medias, sobre mi dedo se dibuja el anillo de compromiso imaginario, y de ese anilo, construidos con los delirios de un joven que aun actua como adolescente nacen las imágenes de un departamento de dos pisos, dos niños uno mas alto que el otro tomados de la mano junto a un perro grande que agite su cola inquietamente, constructos de la imaginación, del sueño irreal. Pero la realidad me jala y me arranca el anillo que nunca estuvo allí.



Los días pasan de nuevo y el piso vuelve a construirse, por alguna razón, aunque intento aprender a librarme de mis fantasmas e intento memorizar la manera de olvidar, sin dolor y sin problema pero parece que no puedo. Ahora creo que tengo personalidades múltiples, pero probablemente es por andar viendo “United States of Tara”, y es que no termino de comprender como algunas veces soy una criatura dominada por el odio, hambriento de venganza y con ganas de hacer todo lo posible para dejar atrás el pasado y nunca dar la vuelta, otras veces solo soy una persona que busca recuperar todo lo perdido y siente sus victorias vacías, intrínsecas, inútiles, y la mayoría de veces solo soy un ser que ya no tiene ganas de nada y se aburrió de todo, que se satisface con los pequeños brillos de placer por mas vacios que sean. Ahora, probablemente todo el mundo luego de leer este desmadre emocional va a sugerirme ayuda psicológica, y es probable que en cierta medida tengan toda la razón y el derecho para decírmelo, porque al fin y al cabo es un mensaje público, pero si fuera tan caótico como la gente piensa no aceptaría mis defectos. Es por eso que escribo este post, para sacarme de encima dos cosas, la primera que mi relación con quien fuera mi ex novio sigue siendo el aspecto más doloroso de mi existencia, y la segunda es que o me acomodo a la situación y me dejo de quejar o encuentro una solución viable, ir a un psicólogo a que te diga que es lo que tienes que hacer no es la mejor opción, así que, hasta que consiga elegir que es lo que voy a hacer me niego a contarle a un especialista lo que estoy contando aquí, por que será volver a pastillas, será perder el control de mi integridad, pero sobre todo podría llevarme a olvidar, y la verdad, hasta el momento no creo que exista una razón suficientemente validad como para olvidar todo, quizás, con el tiempo el veneno y la amargura pasen y la importancia que cada vez va perdiendo desaparezca finalmente. Hasta ese dia me muerdo las uñas y golpeo mi cabeza contra la almohada, fumo esperando que el humo mate a alguna de mis neuronas encargadas de aferrarse emocionalmente a la gente y sobre todo, espero. Espero porque es una cuestión de costumbre.

Meet me halfway, right at the boarderline
That's where i'm gonna wait, for you
I'll be lookin out, night n'day
Took my heart to the limit, and this is where i'll stay
I can't go any further then this
I want you so bad it's my only wish

Yo se que la cancion la conoce todo el mundo y no es para nada romantica, pero realmente me gusta lo que dice.

Espasmos Creativos





Algunas semanas, como esta, en la cual pasan demasiadas cosas como para escribir un post coherente, considero que es mejor poner pequeños fragmentos de todo lo medianamente importante o interesante que se me ocurrió. Generalmente son solo palabras al aire que prefiero juntar y presentarlas de una manera mucho mas ligera. Aguántenme si no tienen sentido más de la mitad


Mi problema no es que sea estúpido o sensible, es que soy ambos, algo así como estúpidamente sensible o sensiblemente estúpido

Si realmente me amaras tanto como dices hubieras buscado la manera de buscarme, todas las otras veces que hiciste añicos mi corazón me buscaste, fuiste por mi, fuiste mi héroe, pero ahora que? ahora que el crimen es peor no puedes hablarme? Vergüenza? no se, pero confieso que la esperanza que tenia de volver a amarte se va cada día mas a la mierda cuando me doy cuenta lo cobarde que eres, alguien que ama respeta y sobre todo piensa en los sentimientos de la persona a la que se supone que ama. Esto me duele por que si no dejaste de tener sexo por mi ¿Por que dejarías todo en tu vida por mi? Es ilógico y por ende no pasara, por eso no puedo creerte y no voy a creerte jamás. Por que ya perdí muchos años y mucho tiempo así, y aunque es cierto todavía TE AMO tu ya no me respetas, ya no te importa lo que siento ni el daño que haces, me dices que me amas y vuelves a la cama de tu novio, sigues con tus estados de Facebook para el y encima de todo no eres capaz de decirle a nadie que en el fondo aun me amas. Entonces ¿Por que debería considerar siquiera la mitad de las cosas que dices? Si lees esto -cosa que seguramente no harás- espero que pienses en eso antes de que intentes volver a hablarme.

Si, de acuerdo, me ciego ante muchas cosas, pero definitivamente estoy seguro de que hay cosas en las cuales tengo derecho a equivocarme, no quiero pasar el resto de mi vida lamiendo mis heridas, lo que quiero es dejar todas estas historias a medias atrás, parte del pasado, parte del olvido. Se que estoy equivocado, pero no por eso voy a negar cuales son mis deseos

Mi mejor característica es que soy lo más sincero y real posible

En los últimos 7 días he perdido el control emocional que tan tranquilamente había estado disfrutando en 3 diferentes ocasiones, dos de las cuales estaban directamente ligadas a la misma persona. Es otra vez ese sentimiento de no tener piso y preguntarse ¿Qué carajos hago ahora?

La gente que le hecha la culpa a otro sobre sus errores es la peor, yo me culpo a mi por los errores ajenos pero intento dejar de hacerlo. Dos personas me han dicho que no quiero escucharlos, las puertas están abiertas, si quieren hablar nunca dije que no escucharía, solo no seré yo quien se acerque y baje la cabeza, de eso ya he tenido suficiente y no me apetece ni siquiera un poco mas.

Gracias por hacerme feliz con tonterías tan pequeñas. Perdóname si a veces soy muy terco y no te hago caso. Por cierto, lo de tu pansa son delirios de adolescente anoréxico, así que cállate de una vez.

El principal problema con lo que podría ser un sueño perfecto es que por mas que la historia es diferente hay patrones que vuelven al pasado, el nombre, la marca y la herida siguen ardiendo, puedes sentir el aroma a carne quemada y sueños rotos. Desde los personajes hasta el modo en el cual nos movemos, pasando por la lujuria desenfrenada y la promesa de algo mejor son suficiente motivo para pensarlo una y otra vez, sobre todo por que no son las mismas condiciones, no son las mismas reglas. Es solo repetir un mal sueño y darte la oportunidad de terminar en otro lado ,de ganar, de engañar al destino de una vez.

Si volvemos a lo de antes, por lo menos que sea con dolor, por que me guste o no aprendo de ese dolor, aunque sea por momentos y ambos sepamos que eres un idiota hazme reír como sabes hacerlo, tira escarcha sobre mi o intenta embriagarme si es que así me haces reír, por eso te mantengo tan cerca, por que sabes derrumbarme y levantarme. Pero nunca me enamorare de ti, por que se mis limites y se que podrías matarme en el primer paso en falso

Espero que disfrutaran alguna de las estupideces presentadas aqui. Prometo hacer algo mucho mas consistente para la proxima vez

Nadie puede ganar


In another life
I would be your boy
We keep all our promises
Be us against the world

In another life
I would make you stay
So I don't have to say
You were the one that got away
The one that got away





Yo estoy completamente seguro de que, por lo menos, la mitad de la gente que me conoce cree que soy tremendamente estúpido y despreocupado por las cosas que hago y digo. Y quizás, hasta cierto punto deben tener razón. Yo creo, no, en realidad estoy completamente seguro que Daniel cree que soy un imbécil, y que por decir una o dos cosas bonitas va a ser como siempre y yo, don idiota va a aceptar la promesa a medias para que así pueda volver a ser como antes y el pueda ganar esos derechos que extraña tener sobre mí.

¿Pero la verdad? La verdad es que nadie puede ganar. El no puede ganar mi corazón porque yo ya estoy harto de la estupidez que ha sido el perseguirnos el uno al otro durante los últimos cinco años. Cuatro largos años en los cuales uno de los dos ha tenido que ser víctima de la estupidez del otro, cuatro largos años que no valen una mierda al final del día, un montón de tiempo que no fue suficiente para mí para darme cuenta que estaba enamorado de un cobarde. Nada va a pasar porque yo no estoy dispuesto a hablarle a una persona que es tan cobarde como para esconder lo que siente o piensa, pero no debería sorprenderme, porque el estúpido aquí no es el, por creer que postear anónimamente en mi blog, o colocar Tweets con una cuenta diferente a la que hace años encontré sería suficiente para que, en un acto de estupidez lo encontrara.

No, el idiota fui yo, porque aunque sabía que ya no era igual y que no dejaría su vida por mí, porque alguien que ama siempre sabe y siente cuando las cosas no son ciertas. Fui idiota por que intente buscarte explicaciones, porque le creía, porque lo esperaba todos los días con la misma sonrisa que llevaba dibujada en el rostro durante esos cinco años que llevaba de conocerle, o al menos que creía conocerlo. Creía conocerte por que jamás vi mas allá del hombre perfecto que había dibujado en mi mente, nunca había escuchado mas allá de las palabras dulces, nunca me había detenido a examinar sus defectos, pero desde que la verdad me golpeo en la cara y cai en la realidad de quien era, he tenido mucho tiempo libre. Tiempo para llorar, tiempo para odiar, tiempo para culparme, pero sobre todo para darme cuenta de la persona de mierda en la que se transformo aquel al que en algún momento considere un príncipe, y lo más gracioso de esto es que, en su momento cuando era mi príncipe, el era un zombi, y ahora, que para mí no es más que un asqueroso cobarde traidor y mentiroso, tan cobarde que no puede decir de frente lo que siente, tan cobarde que miente, por que si lo que dice fuera verdad hubiera intentado al menos no lastimarme de nuevo, un asqueroso traidor y mentiroso, que extrañamente odia las mentiras. El ahora, o quiere ser un príncipe, las ironías de la vida, supongo que al final todos los bastardos quieren ser príncipes.



Nadie puede ganar ni un espacio en mi cabeza ni corazón, porque a pesar del veneno y la bilis que derrama cada una de mis palabras, ni bien leí que me amaba, mi mente voló descontrolada, como un fuego artificial ascendiendo al infinito para estallar en millones de sueños, sobre cómo podría ser todo, sobre cómo este nuevo empleo y nuevo cargo serian el paso perfecto para llegar a el, como al fin podríamos estar juntos si tenía paciencia, pero como toda esperanza, el brillo de ese pirotécnico se apago. La verdad es esta, nadie puede ganar porque yo ya decidí que no me quiero volver a enamorar, por eso, muy a mi pesar, me dejo usar y uso a quien quiera jugar conmigo, por eso escogí el papel de suplente o de amante, porque preferí odiar y maldecir antes que llorar y suplicar de nuevo. Y es entonces donde la gente que quiero, la gente que me importa, la gente que deseo, la gente a la que intento amar se ve perjudicada. No puede ganar Fabián, y es que antes de arriesgarnos y darle libre cara hasta mi corazón, prefiero darme media vuelta y no hacerle daño, mientras aun hay tiempo. No puede ganar Mauricio, porque a pesar de siempre tener razón y buscar lo mejor para mí, soy terco y me encierro en la burbuja negra y viscosa de mi odio y resentimiento, de mi furia y mi desilusión. No puede ganar David, porque a pesar de que lo que existe entre nosotros es casi irreal, la caducidad de las cosas nos tomara tarde o temprano, y sobre todo porque yo conozco mi lugar y se donde debo detenerme, y la línea que no puedo ni debo cruzar, así que tampoco puede ganar Santiago, por que advertirme que voy a quemarme no hace más que impulsar mi deseo por arder hasta volverme ceniza y desaparecer en el aire, por que cuando dos fuerzas destructivas se juntan, al final una consumirá a la otra, dejando a la que queda estallar en el infinito. No puede ganar Nim, que me repite una y otra vez que lo hecho está hecho y volver a revisar la herida no hace más que darle poder a la persona que la causo. No puede ganar Daniel, porque por más que en el fondo aun exista una parte de mi que desea más que nada volver a ser el de antes, de cambiarlo todo, de tener nuestro final feliz juntos, ya no hay tiempo, y cada día que pasa, entre el odio y el asco, entre la decepción y la furia, entre la suciedad externa y las capas de pintura dejada por lo demás, la voz de esa persona agonizante muere y muere, y se quedara callada cuando el oxigeno se le acabe. Finalmente yo no puedo ganar, por que cuando el destino me sonríe solo es por un instante, para que lo disfrute, para que me sienta seguro antes de sacarme el piso de donde estoy, yo no tengo derecho a ganar mientras siga escuchando las mismas canciones en mi cabeza aunque la música ya paro, aunque la gente con las que las cantaba ya desapareció, yo no tengo derecho a ganar porque mientras más maduro me vuelvo mas desciendo en la demencia, en la locura, en la enfermedad, en la perdición que es el no saber olvidar, mientras más logro, mas quiero acabar conmigo mismo, porque ya no lo siento propio, porque es prestado, porque no lo quiero si no lleva el nombre de alguien más, porque no soporto mas sentir que siempre faltara algo, o que si no falta nada no es más que una mentira, porque incluso cuando cierro los ojos y me dejo llevar por el placer y la satisfacción que da perderse en el deseo ajeno sé que no soporto el despertar y volver a sentir a los fantasmas comiendo mi cerebro, desarmando mi espíritu, recordándome que los únicos triunfos que me importan son los dedicados o robados. No puedo, y no voy a ganar porque soy como soy, y no se si no quiero, o no puedo cambiar.



Nadie puede ganar, nadie va a ganar, todos vamos a perder, todo el mundo pierde cuando tiene que ver conmigo, soy la apuesta fatal, la carta doblada, el caballo enfermo. El detalle esta quien será el primero en derrumbarse.