Pasión





Me envenene todo lo que pude esa noche para no pensar más. Había tomado esas pastillas para dormir que el doctor me receto hace mucho en esas épocas fuertes de depresión, con la finalidad de que cuando no podía mas pudiera callar a la gran cantidad de ideas, fantasmas, promesas y palabras que vuelan en mi cabeza. Era menos de medio día y tenía los ojos perdidos en la nada, mi cerebro no respondía bien o simplemente no respondía a los comandos más simples, como si cada uno de mis sentidos estuviera desconectado de la matriz y mis neuronas decidieron fugarse por mis oídos y nariz. Sin embargo, hay algo que me tiene atento, alerta, el sentir mis dedos volar por el teclado, el sonido que emite el choque de mi derbis con las teclas me relaja, me hace sentir útil, acorde, afinado, por más que sea una ilusión, así que intento escribir más rápido, cada vez más fuerte para que el sonido me arrulle y me haga volver a esa cama tan ajena a tantos kilómetros de aquí.

Las pastillas están allí para hacerme olvidar, para que el combate contra mi propio estupor y descontrol físico sea mucho más importante que mi necesidad por recordar fechas prohibidas y tiempos subjetivamente mejores. Están para eso, no para hacerme una mejor persona o para que este en un mejor control de mis emociones, eso está claro, porque si fuera así a la mañana siguiente cuando el efecto no está completo no sería una gelatina desmoronándose. No, no hay sentido en tomar las cosas demasiado en serio, eso solo termina dando problemas, si lo sabré yo, pensar demasiado solo ocasiona mas caos sobre el caos, un caos del que al parecer no sé cómo librarme y el cual solo necesita las palabras de un anónimo escondido para incendiar el fuego incontrolable dentro de mi mente, un incendio voraz que va tragándose en sus llamas gigantescas cada pedazo de autocontrol y respeto, lamiendo con su calor insoportable hasta las zonas más recónditas de mi mente. Todo debe tomarse de a pocos, como la pastilla, de la cual siempre tomo la mitad, si la tomo completa pierdo el conocimiento por horas y regreso a la vida sin saber bien quien soy o que hago, me gusta creer que me muero por un rato, que salgo de esta realidad y borro los recuerdos de las últimas horas con un buen resultado. Los antidepresivos me mantienen en control, pero hace mucho que deje de tomarlos, no quiero un control en el cual me olvido del dolor y en lo que debería estar sintiendo y es que es cierto, tanto antidepresivo va comiéndose tu identidad o tu personalidad dejándote como una especie de autómata que se va volviendo adicto poco a poco. Yo me resisto a todo esto porque quiero creer que existe un motivo o razón más que importante por la cual me niego irracionalmente a olvidar todo lo que paso o continua pasando, no sé si esto sea cierto, pero me da una especie de seguridad alquilada ¿Quién sabe si es lo correcto o no? Definitivamente yo no, pero las voces, no sé si de mi demencia o de mi alma me claman que aguante un par de golpes más, mientras que el mundo interior y mi ya cansado espíritu me dicen “Manda todo a la mierda de una buena vez”.



En días como ese, en donde la mitad de mi organismo responde y la otra solo se queda inmóvil a la espera de la hora de la siesta creo que estoy realmente mal de la cabeza, pero por más enfermo o loco que pueda estar eso no quita que soy un hombre apasionado. La pasión es quizás una de las cualidades más peligrosas que puede tener una persona, tener pasión por algo o alguien solo para perderla luego es uno de los peores catástrofes posibles. Dicen que la esperanza y el amor todo lo puede, pero la pasión todo lo roba y lo viola, lo conquista, lo toma por la fuerza, así es la gente que enloquece con el deseo de poder y la efervescente ira de no tener lo que tanto anhelamos. En mi caso, como soy muy cobarde como para destrozar a alguien, o quizás porque yo estoy destrozado por dentro simplemente no puedo, he utilizado mi pasión para escalar y conquistar lo que me interesa, para arrancar del camino los obstáculos hasta dejar mis manos llenas de sangre, es un habito indiscutible, ser un apasionado que muere de ganas de arrancarle al destino lo que se le niega diariamente, que muerde araña y rasguña si es necesario conseguir lo que realmente quiere. Pero en condiciones extremas como en las del corazón donde la razón no tiene nada que ver, en las que ni los colmillos ni las garras son suficientes para romper la pared, la indomable pasión empuja a cometer errores y desaciertos, con tal de finalizar con la sensación de encarcelamiento y la terrible frustración que ocasiona el no poder dominar


Cada día, desde que soy un adolescente despierto con la idea de tener algo mejor, con las ganas de obsesionarme con algo, de tener un algo que sea completamente mio. Por eso, es que al final tanta gente va perdiendo su valor, porque no tengo interés en ellos si no pueden ser míos, no quiero algo a medias, por eso es tan humillante para mi orgullo querer a un perdedor que solo me busca por que no puede tenerme, y por eso, por el mismo hecho de que no puedo tenerlo y lo ame tanto esta derrota técnica lastima la poca cordura que queda rodando por mi cabeza. “Estos enamorados de tus recuerdos” es la frase que más he escuchado en estos últimos días, y es que es verdad, la gente de verdad es la gente que hace frente a sus problemas y no la que escapa y lanza promesas al aire, por eso el individuo al que amo es solo un recuerdo, aunque tal vez yo soy el que se ha vuelto un solo recuerdo, cada vez que dejo que la pasión me consuma dejo de ser ese intento de ser racional del que tan orgulloso puedo estar algunos días, cuando le permito a la obsesión hablar por mi y escribir post larguísimos que a nadie le interesa.



El tiempo me ha quitado muchas cosas, aunque lo más probable es que yo mismo me he quitado más de lo que el tiempo podría arrancarme por su cuenta debido a mi terquedad, por eso acepto mi responsabilidad de ser una llama extinguiéndose. Felicidades Alex, la pasión será lo que te consuma, la pasión por alguien que solo quiere verte destruido, aquella pasión de un amor que no existe por alguien que ya desapareció, esa incontrolable pasión por obsesionarte con el trabajo, aunque no sepas bien por que o para que. Celebremos esa demencia que te empuja a querer un futuro mejor cuando cada vez pareces esforzarte mas por dañar la poca sanidad que te queda y lanzar por la ventana la poca salud que se esconde debajo de tu piel, quizás en el fondo también eres apasionado por matarte a ti mismo. La pasión y la demencia son lo que te empujan a llegar a donde estas ¿Pero también serán quienes te empujen al vacio? Es una decisión del tiempo, y de otras personas que se quedan, o se van.

Siempre habrá otro lugar
y siempre habrá otra respuesta
la vida no va a parar
¿Te quedas o te vas?
porque siempre hay alguien mas
que te dirá que te quiere
la vida no va a parar
¿Te quedas o te vas?

4 repercuciones:

Anónimo dijo...

No son recuerdos, eres tu, el mejor chico del mundo

Shin dijo...

No me importa ser el mejor. Creo que no entiendes el punto de todo esto, el punto es que no quiero seguir escuchando de alguien que solo me está volviendo loco por su cobardía y la retardada cantidad de sentimientos encontrados que hay. Si te importa tanto como dices, sabes perfectamente donde estoy.

Odette dijo...

=o

Anónimo dijo...

yesterday wasnt a lie, today is true, no importa que, ya veras