You made promises you couldn't keep

No me dejaste decirte adiós, ni siquiera supe si era el momento indicado para decirnos adiós, solo supe que te fuiste, y dejaste de hablarme como si fuera un extraño en tu vida, como si fuera un grave error. No pude pedirte explicaciones y aunque trato de odiarte por lo que hiciste no puedo hacerlo.

Volviste a estar allí, sin decir nada, como al inicio cuando aun no estaba envenenado por esos sentimientos que ahora siento tan inútiles y vacios, tan envenenado por ellos como por cada uno de los cigarros que fumo en la noche para evitar pensar en todo lo que pudo ser y lo que probablemente nunca será ahora.

No puedo hacerme a la idea de que todo lo que dices no significa nada, no entra en mi obsesionado cerebro que esta vez no mereces ni mis palabras. No te hablo por que fuiste tu el que así lo decidió, o quizás simplemente no lo hago por que creo que si te hablo me va a doler mas de lo que me duele el sentir que no eras la persona que yo creía, que quizás no me amabas tanto como decías. Abro tu ventana esperando que digas algo, que te expliques que pidas disculpas, que todo cambie, que todo sea como antes de que nos hiciéramos tanto daño y cada uno tomara un camino diferente, que por lo menos me vuelvas a decir que me amas y que te espere, pero ¿para que? Si eso no va a pasar, si tú no quieres ser la otra mitad de mi sueños, o si lo quieres, no quieres pagar el precio que hay por ello.

No puedo creerte, no quiero hacerlo, no pienso ver lo que haces o quedarme mirando tu ventana todos los días a ver si me dices algo, por que se que sigues tu vida, se que a pesar de toda la rabia y el enojo que tengo revolviéndose en mi estomago no puedo decirte todos los insultos y maldiciones que quisiera por que eres tu, y siempre serás tu, la persona que despertó un mundo completamente nuevo en mi.
Nunca espere que al final todo me sabría a mentira, por que, creía que mientras yo no te mintiera tu no lo harías. Pero no fue así, y quizás si te mentí, te mentí cuando dije que no quería amarte más, que ya no sentía nada por ti, por que es mentira, y no es secreto para nadie que no es verdad. No quiero volver a tenerte lejos, no quiero saber que amas a alguien más, no quiero soportar de nuevo el doloroso trámite de hacerte a un lado, no quiero tener que acostumbrarme al sabor de otras palabras, al sentimiento de remordimiento al acostarme con alguien que no seas tu. No te entiendo, no te perdono, no te comprendo, no te conozco, no te odio, no te dejo de amar, no dejo de pensar en ti, no me acostumbro al ahora, no se que pasara, no se a donde iré, no hago nada, no se quien soy.

Y si me dicen que me merezco algo mejor, si me dicen que nunca me amaste, si me dicen que nunca exististe, si me dicen que debería odiarte, lo único que diré es, no lo se. Así como tampoco se si por todas las veces que te dijeron que lo que tenias era lo correcto empezaste a creer que yo no era suficiente. No lo se, no lo quiero entender, no se ni por que escribo esto, pero hay una cosa que se, y que nadie me puede quitar de encima, tenga que ver o no con todo lo que pasa, paso o pasara, la única certeza que tengo, es que hace mucho tiempo, que no soy feliz.

Lo mucho que te ame

Entre la segunda cajetilla de cigarros y la decima repetición de “Bohemian Rhapsody” me pregunte por que luego de dos semanas sin hablar y de enterarme de cosas tan dolorosas no había soltado ni una sola lagrima, no me había lanzado a la cama a arrancarme los cabellos o pensar en que hice mal esta vez.

Me di cuenta que lo mucho que te ame no te fue suficiente para evitar que me mintieras y volvieras a la cama de alguien mas, no alcanzo para recordarte tus promesas y tu presunto odio hacia las mentiras. Lo mucho que te ame no sirvo de nada ante la gran cantidad de cosas que habías puesto ante tus prioridades, fue inútil ante tu nueva personalidad y tus nuevos intereses, no te satisficiste con todo lo que te ame, por que no era material, por que no lo podías tocar, por que ya no lo sentías. Y aunque lo intente y quise que fuera fácil para ti ser parte de mi vida al parecer nuevamente no fui lo suficientemente como para que nuestros caminos se volvieran a unir.

Lo mucho que te ame tampoco fue suficiente para llenar el espacio entre lo que nos amamos y la realidad, entre tus palabras dulces, entre las canciones que te hacían pensar en mi y en los días que te olvidabas de mi. No fue suficiente para hacer que me extrañaras tras dos semanas de silencio, o vergüenza, provocado, tal vez, por que no te basto en ningún momento todo lo que quise hacer por ti, y preferiste nuevamente a alguien de verdad. Tampoco basto que te amara tanto como para crear castillos imaginarios juntos ni bien tuvimos la oportunidad, así como mi ciega fe en ti y mi amor por tus sueños, mi apoyo incondicional no valia nada al lado de un nuevo objeto que pudieras obtener.

Todo lo que yo te ame, no fue motivo para que no dudara de ti, y sin embargo, lo mucho que te ame fue mas que suficiente para que no creyera lo que todos me decían, que era cierto que no eras nada diferente a los demás, que nunca dejarías a la carne, por que era lo que necesitabas, que la distancia podía mucho mas que un amor de colegiales que hace mucho dejaron de ser niños, que solo era una pieza mas en el juego al que jugabas para ser feliz.

Lo mucho que te ame, entonces, no sirvió para que me respetaras, tampoco fue suficiente para que cumplieras tus promesas y no me mintieras, no sirvió para evitar que al primer momento de debilidad volvieras corriendo a acostarte con alguien a quien jurabas no amar, lo mucho que yo te ame tampoco significo nada cuando preferiste correr de mi y hacer de cuenta que no existía durante varios dias, todo sea para no pelear, si amarte tanto no sirvió de nada contigo ¿Entonces para que intente hacerte feliz? Aunque no sirvió de nada amarte y ponerte en la cima de mi apocalíptico mundo de nuevo, me sirvió para darme cuenta, que nuestro tiempo ya paso, que amarte no tiene sentido, si tu no vas a intentar amarme igual, que aunque me duela, no eres el hombre que decías ser, y sobre todo, que ahora que todo se quedo en el aire, y no tuviste ni el coraje para poder decirme adiós, ni la valentia para pedir perdon por la enorme decepcion en la que te transformaste, me doy cuenta que ciertamente, ya no eres para mi.

Así que dile adiós a nuestra casa imaginaria con dos perros y supuestos hijos, a nuestros deseos de vivir juntos y ayudarte a estudiar lo que querías, a nuestras conversaciones de improviso cuando necesitabas alguien que te entendiera, o aceptara, dile adiós al chico que todo lo dejo por ti, incluso el orgullo y la dignidad, despídete de quien hasta el final cuando era obvio que mentías siguió creyendo ciegamente en ti. Dile adiós, a lo mucho que te ame.

Espasmo.

De una manera u otra, cada vez que me siento a escribir, encuentro alguna historia triste y complicada en mi cabeza. Una serie de resonancias, ecos y alaridos desde el fondo de mi ya cansada y perversa mente, historias que no hacen sino reforzar la imagen de ser melancólico y abofeteado por la vida, que con toda certeza y derecho, me he ganado.


Es cierto, soy un hombre triste, frustrado por sus acciones y su entorno, mezquino y sádico, ambivalente y bipolar, soy una especie de colección macabra de hechos, recuerdos, defectos y enfermedades. Pero es cierto también que soy un soñador, un humano idealista que busca y anhela con un fervor casi ridículo la redención de su espíritu y la materialización de sus locas fantasías de colegial, fantasías que como diría uno de mis mentores, se dieron cuando aun era feliz e indocumentado, pero que conservo con una ridícula templanza.

El tiempo ha sido cruel conmigo, así como yo he sido cruel con las personas que el tiempo coloco en mí camino y a su vez otro tanto de personas fue brutal con mi nada inocente persona. Los días se volvieron semanas y los cigarros sueltos pasaron a ser cajetillas, mis bolsillos dejaron de estar llenos de monedas y caramelos, lentamente pasaron a ser el hogar de mi encendedor de turno y un poco de tabaco mentolado. Mis amigos dejaron de ser los mismos, y yo deje de ser el chico del cual se hicieron amigos, mis amores se fueron por un barranco, y con ellos parte de la sonrisa a medias que usaba cuando hablaba de ellos, mis noches y tardes se hicieron mas vacías, pero el humo y los pensamientos entre suicidas y optimistas llenaron esos vacios.

No me siento exitoso ni realizado, tampoco puedo decir que soy feliz, por el contrario estoy casi todo el tiempo frustrado y enojado. Aunque me siento satisfecho con lo que ha hay un sinfín de cosas que se que están mal en mi vida, hay un millón de ideas en mi cabeza a las cuales quiero transformar en realidad, una innumerable cantidad de sueños y fantasías que quiero desechar o volver realidad, y a pesar de mi carácter soberbio y radical, mis miedos y dudas a veces pueden mas que mi seguridad. Mi personalidad es así, monstruosa y autodestructiva, aferrándose a vicios y malas costumbres para sobrevivir.

A donde quiera que valla sigue siendo un misterio, solo se que me queda un año y medio para preparar mis maletas y largarme hacia algún futuro incierto. Muchas puertas se han cerrado, y con ellas los futuros inciertos que albergaban, sin embargo, en algún país lejos de aquí encontrar un lugar en el cual estacionarme, con quien venga o a donde valla, el futuro no me asegura nada, nunca lo hizo y no empezara ahora, y aunque tenga que tomar las decisiones dolorosas o difíciles, y tenga que tirar por la borda el puñado de cosas que me quedan, no hay mas opción que esperar por que mañana todo sea por lo menos, un poco menos complicado que hoy.