Cuestión de costumbres


I spent my time just thinkin thinkin thinkin bout you
Every single day yes, i'm really missin' missin' you
And all those things we use to use to use to do
Hey girl, wuz up, it use to be just me and you



Dicen que el tiempo no pasa en vano, creo es cierto, desde que tengo quince años, llevo dando vueltas en una montaña rusa emocional. He estado en lo más alto de lo alto y en lo más bajo, he aprendido y he olvidado, tuve toda clase de aciertos y a su vez gran numero de errores, errores que me han costado caro, que me han sacado de mi realidad y a veces me han lanzado por las escaleras. Con lo que se y lo que tengo, he formado una pequeña barricada, una pared de arena para poder defenderme de los millones de problemas y dificultades con las cuales me enfrento todos los días. De las diferentes personas he aprendido lecciones diferentes, he adaptado y asimilado las lecciones que me han dado. Algunos han sido maestros crueles y violentos, otro por su parte han aprendido a su vez conmigo mientras la vida nos hacia mas fuerte a ambos y otros, con el cariño de una madre o una abuela me han enseñado con paciencia y buen humor.


Mis maestros, en todo el sentido de la palabra han tenido una serie de complicaciones en todo el sentido de la palabra pero aprendí muy bien de todos ellos. De mi madre aprendí la manía de revisar mi aspecto dos o tres veces antes de salir cuando era una situación realmente importante, aprendí a ahorrar y a hacer cuentas rápidamente por que uno nunca sabe cuando se acabara el dinero, y por esa época, cuando tendríamos que volver a almorzar galletas con atún, pero creo que las dos lecciones más importantes que aprendí de mi madre fueron, en primera, que la mentira y el engaño puede ser muy útil si son cantados de una manera suave y precisa, y la segunda, el rendirse no es una opción, el que se rinde es un cobarde, el que abandona es un cobarde que no debió participar en el primer lugar . De mi querida abuela Ida aprendí tres grandes lecciones, la primera que leer te abre la puerta a universos completamente nuevos, que escribir es la mejor manera de plasmas lo que haces y sobre todo, que la sangre no es el lazo más fuerte, que muchas veces el cariño y lo que otra persona significa para ti es mucho más fuerte y vital que lo que tu familia puede significar para ti. De Amelia, la abuela de uno de mis amigos aprendí que el encanto y la clase debe mantenerse siempre, incluso cuando la adversidad te golpee en la cara, el público no puede verte caer, aprendí también a valorar mucho las relaciones que tienes con otras personas, por más extrañas que sean, siempre tienen un beneficio. De Álvaro que fue uno de mis primeros jefes aprendí dos lecciones de vida sumamente importante: Ser gay y déspota es una de esas mezclas que hace que todo el mundo, y su madre, te odie te conozca y te envidie, pero sobre todo, te respete, mi segunda lección fue que la Inka Kola es una bebida perfecta para casi toda ocasión. Melissa que fue mi primera gerente como tal, y hermana de uno de mis amigos más viejos me enseño varias cosas, entre las que destaco el hecho de aprender que, cualquier trabajo mientras te respeten es un buen trabajo, que hay que saber disfrutar las cosas pequeñas de la vida cuando te las cruzas y sobre todo, que el cigarro es un buen compañero en los momentos difíciles, y claro que la comida siempre hace bien al espíritu. De la gente más cercana a esta época aprendí cosas muy diferentes, tantas que nombrar a cada uno de los nuevos puntos fuertes de mi vida requeriría un post completo dedicado únicamente a ellos, pero de que aprendí grandes y útiles habilidades y destrezas, desde cómo pararme en una exposición a cómo encontrar los puntos débiles de tus rivales en un trabajo, aprendí además a vestirme medianamente formal, a mantener un constante interés en la vida de mis contactos, a manejar las redes sociales para mi beneficio y oficio, y probablemente lo más importante y peligroso, a llevar mi ambición sin limites mucho mas lejos, a volverla mucho más real. El instituto me ha hecho más fuerte, me ha dado herramientas para hacerle frente al mundo y vencer, siquiera un poco, esa timidez e inseguridad que tan volátilmente habita dentro de mí.




Escondidos entre todas mis memorias y actitudes, compradas o robadas, están celosamente guardados los recuerdos de aquel sueño adolescente al que ame tanto. Recuerdo su voz, diciendo palabras dulces y riendo tímidamente cuando el calor del deseo era más fuerte que nosotros, recuerdo con cierta dificultad su voz volviéndose más suave y aguda cuando me dedicaba a desmoronar sus defensas y hacerlo repetir mi nombre. Aunque nunca sentí el sabor de sus besos, ni el calor de su cuerpo, recuerdo su manera de hablar, la forma en la que se expresaba del amor, de la cólera, de su familia y de mi, recuerdo como me decía y como le gustaba que le dijera, los nombres que usábamos en la intimidad y los apodos que nos poníamos por el simple hecho de decirnos algo nuevo cada cierto tiempo. Tengo grabado con fuego su mirada, sus ojos a los que siempre les creí, esos ojos que me miraban con ternura, esos ojos que deseaban mi cuerpo y brillaban cuando decía “Te amo”, y que ahora tanta falta me hacen. Mantengo las memorias de todas las cosas que hicimos juntos, de las tareas, de los juegos, de las obscenidades y todas esas pequeñas conversaciones que teníamos. Cuando me siento solo, me gusta perderme por un rato, las busco en el fondo de mi memoria, las recuerdo, las respiro, saboreo y disfruto, siquiera por unas horas, al menos unos instantes para sentir que son ciertas, que aun estamos allí, que aun me desea tanto como yo lo deseo a el, con la misma locura intensidad pasión lujuria y demencia. Porque aunque intento odiarle y me mantengo en una espiral de cambio constante, brusco, e intente refugiarme en otros lugares, cuerpos, oportunidades y recuerdos, no puedo escapar de ese deseo carnal de amarte, de tenerlo, de hacerlo mío, de tomarle por la fuerza, de hacerle el amor mil veces si es necesario hasta que cada centímetro de su cuerpo quede con mi aroma, con mi esencia, limpiándolo de rastros ajenos hasta que solamente su esencia y la mía se junten como solían hacerlo, en un destilado de pasión y promesas. Aun sueño con él, aun me acuerdo de su rostro y su voz, de vez en cuando me encuentro murmurando su nombre casi inaudiblemente cuando me envuelvo en un momento de placer, aun me pregunto si le gustarían mis decisiones o si estaría orgulloso de mi. Pero es una enfermedad, es una adición, es una costumbre, un hábito que cada que intento romper vuelve a iniciarse una y otra vez, porque vuelve, aparece, y lo recuerdo con el amor que nadie más entiende y nadie quiere ver, ese sentimiento que no se si no puedo o no quiero abandonar, ese sentimiento que hace mucho perdió el control. Creo que el problema es que él y yo nos enseñamos a amar y depender el uno del otro, pero mientras yo le enseñe a que se preocupara mas por él, nadie me enseño a mí como dejar de querer a alguien que ya no piensa en ti.

Quizás es parte de las otras costumbres, quizás estoy acostumbrado solo a asimilar y no dejar de hacer cosas. Mauricio tiene mucha razón cuando señala que mi corazón y mi cabeza están acostumbradas al mismo circulo viciosos ¿Quizás me gusta que me lastime si es que así me hace feliz? Desgraciadamente en la realidad no siempre que te lastiman te recompensan, no es así. Es mi principal problema patológico, es mi Síndrome de Estocolmo, ser adicto a alguien que entre todo el desastre te mostro cariño. Soy muy crédulo, por eso cuando dice “Te amo” le creo, en silencio, a escondidas de todos los demás, pero le creo, y me dan ganas de volver hacia él, pero ya no puedo, la razón me bloquea, me lo impide, me arrastra lejos, me recuerda que él no quiere volver, que él solo quiere jugar con su reglas. Cada vez mi conciencia y razón toma más la forma de Mauricio, arrastrándome lejos de la puerta, como un sucio drogadicto tratando de escapar de la clínica de rehabilitación. Así son las cosas en mi vida, doy dos pasos adelante y luego uno atrás, avanzo, si, pero mucho menos de lo que creo o parece y definitivamente muchísimo menos de lo que me gustaría por que finalmente doy vueltas cerca del mismo problema, con solo una palabra a medias sin sentido ni identidad, con la vuelta de la promesa a medias, sobre mi dedo se dibuja el anillo de compromiso imaginario, y de ese anilo, construidos con los delirios de un joven que aun actua como adolescente nacen las imágenes de un departamento de dos pisos, dos niños uno mas alto que el otro tomados de la mano junto a un perro grande que agite su cola inquietamente, constructos de la imaginación, del sueño irreal. Pero la realidad me jala y me arranca el anillo que nunca estuvo allí.



Los días pasan de nuevo y el piso vuelve a construirse, por alguna razón, aunque intento aprender a librarme de mis fantasmas e intento memorizar la manera de olvidar, sin dolor y sin problema pero parece que no puedo. Ahora creo que tengo personalidades múltiples, pero probablemente es por andar viendo “United States of Tara”, y es que no termino de comprender como algunas veces soy una criatura dominada por el odio, hambriento de venganza y con ganas de hacer todo lo posible para dejar atrás el pasado y nunca dar la vuelta, otras veces solo soy una persona que busca recuperar todo lo perdido y siente sus victorias vacías, intrínsecas, inútiles, y la mayoría de veces solo soy un ser que ya no tiene ganas de nada y se aburrió de todo, que se satisface con los pequeños brillos de placer por mas vacios que sean. Ahora, probablemente todo el mundo luego de leer este desmadre emocional va a sugerirme ayuda psicológica, y es probable que en cierta medida tengan toda la razón y el derecho para decírmelo, porque al fin y al cabo es un mensaje público, pero si fuera tan caótico como la gente piensa no aceptaría mis defectos. Es por eso que escribo este post, para sacarme de encima dos cosas, la primera que mi relación con quien fuera mi ex novio sigue siendo el aspecto más doloroso de mi existencia, y la segunda es que o me acomodo a la situación y me dejo de quejar o encuentro una solución viable, ir a un psicólogo a que te diga que es lo que tienes que hacer no es la mejor opción, así que, hasta que consiga elegir que es lo que voy a hacer me niego a contarle a un especialista lo que estoy contando aquí, por que será volver a pastillas, será perder el control de mi integridad, pero sobre todo podría llevarme a olvidar, y la verdad, hasta el momento no creo que exista una razón suficientemente validad como para olvidar todo, quizás, con el tiempo el veneno y la amargura pasen y la importancia que cada vez va perdiendo desaparezca finalmente. Hasta ese dia me muerdo las uñas y golpeo mi cabeza contra la almohada, fumo esperando que el humo mate a alguna de mis neuronas encargadas de aferrarse emocionalmente a la gente y sobre todo, espero. Espero porque es una cuestión de costumbre.

Meet me halfway, right at the boarderline
That's where i'm gonna wait, for you
I'll be lookin out, night n'day
Took my heart to the limit, and this is where i'll stay
I can't go any further then this
I want you so bad it's my only wish

Yo se que la cancion la conoce todo el mundo y no es para nada romantica, pero realmente me gusta lo que dice.

6 repercuciones:

Anónimo dijo...

you're always on my mind, i'll marry you, no matter what

Shin dijo...

Si fuera cierto, si de verdad te importara tanto, por que te sigues escondiendo, por que eres un cobarde? por que no sacrificas nada si importa tanto?

Odette dijo...

Me siento identificada con tu post, parece que cuentas mi vida D=

Odette dijo...

Pd: no es cierto que no busques ayuda psicológica, coño, me tienes como tu psicóloga personal y aún no acabo la carrera D:

Unknown dijo...

Ultimamente como que me hace emocionar todo lo que escribes :/, lo siento muy personal, como si expresaras lo que yo siento jeje. Con respecto a lo del psicologo, yo hace rato que voy a uno y no te dicen lo que debes hacer, aydan de verdad, claro que lo hacen si uno se deja ayudar y pone voluntad.
Suerte x)

mojibake dijo...

[...]sobre todo, que la sangre no es el lazo más fuerte, que muchas veces el cariño y lo que otra persona significa para ti es mucho más fuerte y vital que lo que tu familia puede significar para ti.[...]

Eso es de lo más cierto, a veces ni tu propia familia te apoya. No te entiende, me siento igual.... También he tenido episodios de odio total, que quiero desquitarme de todo el resentimiento que tengo sobre la gente que me ha hecho daño y hasta ganas de destruir tengo. Tengo una sed de venganza muy grande pero hay otro lado de mi que no me deja. En fin, no es necesaria "ayuda profesional", a veces a algunas personas las dejan peor que como estaban. Buen post ^^