Estoy haciendo cola en el Mc Donald de Miraflores, tengo la cabeza en otro lado, mucha hambre que probablemente tiene toques de ansiedad y un terrible peso en mi corazón, miro discretamente todos lados, siento que me asfixio no solo por la ropa elegante que llevo puesta, sino porque siento que no debería estar aquí, quiero irme a mi casa a aprovechar el pequeño lapso entre trabajo y trabajo, pero miro disimuladamente el reloj y me doy cuenta de que resultara imposible.

Prometí dejar de comer en centros de comida rápida, no por la salud y el bienestar de mi cuerpo, sino por la salud y bienestar de mi bolsillo, me siento bastante incomodo, no solo porque se me está haciendo tarde, sino porque otra vez, este distrito atrae ese tema inevitable, siempre alguien tiene que mencionarlo, siempre alguien tiene que dar su opinión acerca de que es lo mejor para mi, y aunque no lo parezca, mas que molestarme, me duele, no porque me moleste el tema, ni por qué me critiquen, sino por me encantaría que respetaran las delimitaciones de mi vida privada. No que entiendan, no que acepten o apoyen solo que se callen. Una voz familiar me saca del estado de letargo en el que estoy, respondo distraídamente las preguntas sin importancia que me hace, ¿Por qué no se apuran en la caja maldita sea?

Finalmente me atienden, pido lo más barato, y sin embargo en el Combo mas grande, nunca puedo comprar cosas pequeñas, principalmente porque siento que me faltara algo de comer. Otra vez escucho un comentario de reproche, me rio disimuladamente, recibo mi comida, recalco que se muy hecho tarde y salgo de la tienda. Reviso frenéticamente el reloj cada cuadra, saco una o dos papas y las cómo mientras camino, mi mente está enfocada en dos cosas, la primera en que odio mis horarios de trabajo, la segunda en que odio que crucen esa línea entre amistad e impertinencia.

Mis pobre papas son víctimas de mis viciosos mordiscos, gruño y apuro el paso, unas cuantas papas después llego al paradero. Ataco a mi hamburguesa pensando en todo lo que la gente espera de mi, y lo que realmente terminare haciendo, con el tiempo e aprendido a que es mejor no esperar nada de nadie, de absolutamente nadie, que cualquier persona por mas amiga, amante, familia, o lo que sea que fuese, no puede hacer todo lo que se propone. Esperar lo peor evita las futuras o posibles decepciones que podrían suceder, bajo esta política no tienes que esforzarte por quedar bien ante los demás, porque no esperas nada de ellos es un estilo de vida bastante ocioso y sencillo. Termino de comer en el camino hacia mi trabajo, meto todo en una bolsa e inmediatamente y sin predeterminación me quedo dormido en el bus.

Despierto 5 minutos antes de llegar a mi destino, veo mi reflejo en una de las sucias lunas del avejentado bus y me limpio los ojos, sigo con la bolsa en la mano. Mi primera preocupación es que todas mis pertenencias personales estén en su sitio, la segunda es no haber babeado mi ropa, la tercera es ver la hora, finalmente me levanto y me bajo, cálculo que me queda suficiente tiempo, me subo al primer bus que veo. Doy un largo suspiro y me rasco la cabeza, estoy cansado y no quiero trabajar, pero tengo que, entiendo que no puedo esperar que la gente con la que trabajo, hablo, o convivo entienda todo de mi, así que me resigno a llamar y fingir que todo está perfecto y nada me ha molestado, damos un par de risas y archivo lo sucedido (no lo olvido porque yo nunca olvido algo a menos que quiera hacerlo) para saber que temas no deben ser tocados en futuras reuniones.

Camino hacia la entrada de mi trabajo lanzo mi bolsa de comida (ya sin comida) a la basura, y regaño a mi estomago por no entender lo que significa el ahorro y como sus caprichos hacen que pase mas días de stress y haciendo innumerables e inútiles cuentas o planes para incrementar mi capital, gruño un poco mas (es una de mis pasiones, gruñir) y doy un largo suspiro antes de entrar a trabajar, el conjunto de hechos me llevan a decir en un tono medianamente audible “Más le vale esperarme a que vuelva de trabajar.”

Escucho a Coldplay y esa hermosa cancion que segun algunos es plagiada, y creo que me siento bien. En realidad no me siento bien, me siento preocupado por mi futuro tardio , y en menor medida por el futuro inmediato, contradictoriamente estoy feliz por que el dia esta hermoso y la calma parece volver, estoy feliz por que me siento amado y eso hace que mi corazon se hinche con el recuerdo de una linda noche, pero estoy triste por mi complicada existencia de la cual ya he hablado en numerosas ocaciones, triste por ese inesquivo sentimiento de frustracion que me acompañara hasta que deje de ser virgen o viva en una casa propia con todas aquellas nimiedades que no necesito pero que nunca caen mal (me encantaria bromear con esto, pero es cierto), estoy cansado por mis varias actividades, pero el cansancion fisico es menor al emocional, el cual se debe a muchos factores, como la universidad, la vida familiar, las fechas, y mi cada vez mas escaso tiempo pero sobre todo por que siendo que estoy siendo derrotado (o almenos asi me siento) por mis crisis emocionales.

Creo, y sin temor a equivocarme, que estoy en una crisis nerviosa, principalmente por que ultimamente ando con una tendencia depresiva algo alta incluso para mis estandares de bipolaridad (la cual jamas a sido diagnosticada por un profesional pero si por mi psiquiatra anti profesional), que mi stress acumulado empieza a hacer mella en mi ya negro y enervado humor (y de paso en mi cutis, lo cual nunca es bueno) y sobre todo que las pocas horas que logro conciliar el sueño se ven amenazadas por pesadillas que generalmente no tienene el mas minimo sentido. Culpo a la automedicacion de pastillas para dormir y aspirinas, las sobredosis de cafe, las tres Coca Colas diarias, mi quasi anorexica alimentacion pero sobre todo a mi falta de dinero, que finalmente conlleva a ese sentimiento tan adolescente que es la angustia y esa pregunta tan trascendental de ¿Que mierda hago ahora?

Presiono el botón de replay. Me doy cuenta de que el 65% de veces que escribo algo es para desahogarme o desfogar la tensión reprimida, y es por que no escribo para que me lean, escribo por que me gusta hacerlo, asi como en su época "jugaba" basquet pese a ser terriblemente descordinado y debil cualidades nada útiles para un deporte tan ajetreado como el Basketball, siendo esto muestra de que siempre e disfrutado hacer cosas contra la corriente e incluso contra las posibilidades o limitaciones que presente la situación o yo. Pesea que soy un chico que se basa en probabilidades, posibilidades, oportunidades, planes A, B y C , y trata de mantener un cierto control sobre su vida, control que suele escaparse de mis manos en los momentos menos apropiados, disfruto darme mis ratos de espontaneidad y solucionar las cosas, de arriesgarme, de perder el control, de dejar a un lado los planes, de tomar las descisiones equivocadas y luchar por hacerlas correctas, y quizas esa es una de mis virtudes.

Siempre tomo las decisiones equivocadas o en su defecto las que van contra la corriente, hago las cosas que no debería o al menos eso me dicen. Me han dicho tantas cosas ya, que esta mal sentir amor por una persona de mi mismo sexo, y mucho mas si ni siquiera vive en este país, que no buscar a alguien en este triste y desolado lugar es un error, que dejar dormir en mi cama y abrazar tranquilamente a alguien quien alguna vez intento propasares conmigo es un error, que poner dinero, mis esperanzas y tiempo ciegamente en alguien de mi misma edad es una estupidez, escuche tantas veces en su tiempo que lastimar físicamente (aunque fuera en la manera mas ligera) a la persona que tanto significo para mi fue un terrible error que hasta el día me marca por el tiempo que perdimos, que pasar de una universidad a un instituto para cambiar de carrera, es una decisión equivoca, que dar segundas oportunidades es un error garrafal, que estimar y admirar con un cariño casi ridículo a alguien cuya vida se desarrolla a diez revoluciones mas rápido que la mía es una tontería, que creer en la redencion de alguien es estúpido mucho mas cuando este alguien fue parte de mi vida sentimental, que esperar y esperar es algo incorrecto, que no saciar mis necesidades sexuales en alguien a quien no amo es una niñeria, que creer que se puede lograr una armonia entre personas tan distintas y cansadas es una idealizacion demasiado vaga, e infinidad de cosas que podria decir aqui, pero que en realidad, a nadie le interesan.

Las decisiones equivocadas para los demas son las correctas para mi, creo que pese a todo mi vida no esta tan mal, que aunque la paso mal siempre hay alguien que me hace reir, que esas personas con las que me equivoque para bien o para mal seguiran a mi lado (a veces quiera o no), que este exilio que a veces disfruto es lo correcto, no por una causa noble o moralmente correcta, sino por que me hace falta escapar de las voces ajenas, siento que el amor que me tienen no podria ser mas puro y no podria encontrarlo en esta ciudad casi tan corrompida como yo. Pese a todo el drama, la vida me a dado cosas increibles, me a puesto en movimiento, soy feliz con lo que tengo, pero no con lo que no tengo, amo lo que hago, pero no como lo hago, disfruto los instantes, pero detesto los espacios entre estos, Viva la Vida.

Subitamente olvido dar Replay denuevo y la cancion que sigue es una de las Nancy Rubias un grupo sumamente gay, me rio discretamente en mi habitacion, pensando que a veces puedo ser algo optimista si me lo propongo.

Disfruto muchísimo (de hecho, más de lo que debería) estar a solas, solo con mi música. Lo disfruto aun mas, con la luz apagada. Pese a que tengo un asco terrible a las cucarachas, quienes se han alojado en mi pequeño hogar y aprovechan la oscuridad para rondar las esquinas de mi casa, ya no me molesta apagar la luz. Aunque sé que van a salir desde todos los escondites posibles e intentaran interrumpir mi tranquilidad.

Pese a todo esto, disfruto terriblemente de la oscuridad y de mi música, que hacen juntos una armonía perfecta. Ocasionalmente uno o dos bocadillos acompañan esta perfecta armonía. Lo cual incita a que alguien a mis vecinas a molestar mi calma. Ellas quieren comer, y yo las detesto. Les tengo un asco único y terrible, pero estoy tan sumido en esa inexplicable melancolía a la cual ya soy adicto que solo las saco de mi camino o las mato con el menor asco posible.

Hoy estoy a oscuras, sintiendo la música filtrarse por mis oídos, pienso en tantas cosas, en mi trabajo, en mi futuro, en mi pasado, y en mi presente. Veo siluetas moverse alrededor de mi escritorio, ya no les prestó atención. Prendo un cigarrillo con la intención de divagar aun más o de espantar a mis ocasionales compañeros de habitación. Ya no lo sé en realidad, lo hago por mera inercia. Lo hago porque siento que lo necesito, así como siento que lo necesito a él. Empieza entonces un silencio entre canción y canción, lanzo una bocanada de humo al aire, y cierro mis ojos, como para incrementar aún más la negrura del momento.

Y susurro su nombre, una, dos y tres veces, con la esperanza que como si fuera magia apareciera a mi lado, me tomara de la mano, o me acariciar, saciara mi necesidad de él, de sentirme acompañado. Que me diera esos besos que tanta falta me hacen y que me sonriera dándome esta estabilidad que hace tanto tiempo perdí ya. Pero no sucede nada, la música se reanuda, las cucarachas siguen su movimiento, hasta parecen felices moviéndose al ritmo, mis ojos están frente a la pantalla de nuevo.

Una bocanada de humo más, otra canción más, el tiempo se escapa de mis manos, pero mis sentimientos se mantienen en mi corazón. Tengo ganas de gritarle al viento lo mucho que lo amo para que este lleve mi voz hacia él, pero eso no solucionaría nada. Tengo ganas de vender hasta cosas que no me pertenecen para cruzar esa terrible barrera llamada distancia. Ambos estamos bajo un mismo cielo, ambos tenemos cosas distintas en mente, pero ambos tenemos esa terrible angustia y necesidad de una piel a nuestro lado.

Cada bocanada de humo que doy lleva un nombre, lleva su nombre, disolviéndose en la oscuridad, siento que se me escapa, que la distancia nos come vivos, que el tiempo se me acaba ¿A dónde se fueron ya todas esas metas que me puse? A donde se va esa seguridad que tengo, donde queda todo ese coraje que tengo ¿Es que acaso ya no se fingir que estoy bien?

Me pierdo en mi mismo, me pierdo en mis sueños, y en esa melancolía que no me deja aun ahora que soy feliz. Y sin embargo el tiempo se me ha escapado de nuevo, la falta de mi persona especial y la angustia que esto me producen tendrán que quedarse en mi corazón nuevamente.

Esta hora ya no es mía, este instante ya le pertenece a la gente para que la que trabajo, las luces se encienden solo para que pueda encontrar una ropa decente para trabajar, luego se apagan nuevamente, se apagan como mis ideas.

Las cucarachas salen de su escondite al sentir la puerta cerrarse, con melancolía tal vez, se acercan al teclado, corren entre las migajas y las cenizas, es el momento de paz para esos desagradables insectos

Las notas musicales vuelan por el aire, el está con los pies en la tierra, con un vacio en el estomago (que extrañamente no es de hambre), la música se filtra en sus oídos y atraviesa su mente, la cual actualmente es un remolino.

El va a romper sus promesas~

Tres jóvenes de aproximadamente la misma edad están sentados sobre una alfombra, cubiertos solo con una toga blanca que contrasta con su morena piel, sus cabellos lucen el mismo color pero diferentes estilos, uno corto y lacio, uno largo y ondulado y otro largo y alisado.

Ira contra su palabra, caerá en su propio juego.

El primero de ellos, el de cabello corto, suspira y se acerca al de largo y alisado cabello, lo abraza por la cintura y susurra a su oído.

Mentira, actuara como debe hacerlo, ¿Que acaso no siempre es así?

El segundo de los jóvenes toma la mano del tercero y lo mira con cierta ternura

¿Es que acaso no es eso lo adecuado? Conocemos el Odio y el Placer, Sentimos la lujuria correr por su cuerpo, su corazón palpitar, sus miedos revelarse, su respiración cortarse. Somos él y no somos nada, el es todo y sigue siendo un cualquiera.

El tercer joven mueve su cabeza en desaprobación. El también siente esa pasión, pero no piensa dejarse llevar por ella, sabe que una promesa debe ser rota, que algo debe hacerse, entonces se libera de ambos chicos y se aleja un poco

Aun así, no puedo cerrar mis ojos y fingir que nada pasa, una promesa debe romperse solo cuando es necesario. Vamos a mentir, vamos a fingir ¿Pero acaso podemos olvidar, acaso debemos olvidar? Me niego, hemos perdido muchas cosas el honor no debe ser una de ellas

Los dos jóvenes se acercan lentamente, uno de ellos siente melancolía, extraña el pasado, extraña el futuro perfecto, la sonrisa que le han quitado, la esperanza que se escapo de sus manos, junto con la gente que escapo de su mundo, el otro (el de cabello largo y ondulado) no le toma importancia, el solo quiere vivir, quiere sentir, quiere llenar los vacios y espacios que no deberían existir, quiere la perfección de un universo imperfecto, idealista y estúpido, se desliza junto a su melancólico acompañante

Todo saldrá bien, todo siempre termina saliendo bien, es una cuestión de física, o de suerte, No lo sé y tampoco lo entiendo, pero hasta el momento, hemos vivido por inercia y parece funcionar ¿Por qué deberíamos de cambiar lo que está dicho? ¿Por que no solo disfrutarlo?

Es entonces que el tercer joven reacciona de manera abrupta, sus ojos miran con cierto enojo a sus acompañantes, hay un silencio incomodo entonces.

Yo no estoy dispuesto a ver esta decadencia, si quieren hacernos caer aun más bajo de lo que ya estamos que sea así entonces, si quieren morir por dentro o romper nuestra ya decadente palabra que sea así. Yo me rindo ante esto, ¿quieren matarnos por dentro? Entonces asesinémonos por fuera entonces. Yo me rindo

Es entonces que el silencio vuelve, las palabras se escapan en el aire, no hay más discusiones, el joven aun sentado en su ordenador cierra sus ojos y emite un largo suspiro, prende un cigarrillo, inhala el humo y cierra sus ojos. Las decisiones incorrectas, las fotos, los cigarrillos, sus palabras, el humo se pierde en el aire, Y el rompe una promesa.

Ya es casi navidad, y lo descuidado que tengo este blog me averguenza.

No es que no tenga nada de que escribir, es solo que el tiempo es mi enemigo.

¿Por que darle vida a algo que ya parecia olvidado?

Por que aun queda mucho que contar.

Quizas es mas que nada por que extraño escribir, pero nunca me parecio tan necesario escribir. ¿Que paso conmigo?, pues es sencillo de contar, escape de lo que creia me tragaria vivo, y ¿Que era esto? mi propio sentimiento de culpa. Uno de los grandes problemas que tengo (entre mi desorden y mi mal humor, y no, no considero mis instintos pedofilos ni mi alocada extravaganza como defectos) es que no olvido, no olvido las cosas que hice o que me hicieron (bueno, depende que tanto me convenga) ni olvido que pude haber hecho algo distinto, mejor, o peor. Soy una persona que sueña con el futuro pero vive atada al pasado, no por que no lo pueda olvidar, sino por miedo a repetir los mismos errores. El hecho es que, este problema suele resultar en que me consuma a mi mismo y termine en un circulo vicioso del cual no puedo salir (con facilidad). ¿En este caso, cual seria dicho circulo? Facil. Yo queria olvidar a alguien, ese alguien no pensaba en mi, intentaba hacer algo mas para no pensar, funcionaba por un tiempo, al final algo me recordaba a ese alguien y volvia al punto de inicio. ¿Como romper un circulo tan problematico? pues en teoria, solo consiste en superarlo, pero cuando parece que vas a hacerlo, algo te jala y te dice "Hey! ¿Quien te dijo que existe la autosuperacion" y te regresa a tu estado de "¿Que estoy haciendo con mi vida?"

La solucion a esto fue bastante inusual, la raiz de mi sentimiento de culpa decidio volver y limpiar su culpa, de una manera muy estupidad, irracional, pero en cierto modo tierna. Al fin y al cabo ¿No era esto lo que queria? ¿No era esto lo que mi subconciente habia estado suplicando durante meses?. Ciertamente lo era, pero, cuando tienes algo tan grande frente a ti, solo abres la boca y te quedas estupido.

Afortunadamente se actuar bajo situaciones de alta estupidez (podria decir que es mi especialidad) e hice lo mas logico (almenos en ese momento) : Grite. Eso hice, me desfogue, dije lo que tenia que decir e hice lo que no me creia capaz de hacer, todo para negar que muy dentro de mi, queria gritar de felicidad, pero asi somos los seres humanos, mezquinos e hipocritas, hasta con nosotros mismos, sin importar que al final siempre terminamos cediendo, y eso paso, cedi ante el, me rendi, baje la guardia.

Y no me arrepiento.

Ahora puedo decir que las experiencias traumaticas son sin animo de sonar muy Freudiano, las mejores experiencias, no por como duelen y no por que te dan un final feliz, y mucho menos por que te enseñan, no, nada de eso. Son las mejores, por que cuando te pase, pasaras meses pensando en como evitarla. Y cuando llegue el momento, cobraras venganza.