Llevo aproximadamente 4 horas dando vueltas por aqui. Tengo que hacer un trabajo, no tengo ganas, no me siento con el animo de intentar siquiera cambiar la cara de molesto que traigo.
Mientras paso mis horas caminando y desgastando cada vez un poco mas las suelas de mis viejos zapatos me doy cuenta de que, en verdad, hace mucho que no pienso en lo que es mejor para mi. He dejado de pensar en lo que puede o no puede ser mas comodo para mi, no se por que. Me despierto antes a hacer llamadas, llego a la hora para que nadie se olvide de que tengo que estar alli. Llego a la hora siempre para hacer un trabajo, por mas que separa que los deas no van a llegar a la hora. Peleo por lograr que se hagan las cosas como mejor me parece. Aunque me encanta decir lo que pienso ya no es lo mio. Ya no se me antoja.
Me siento en el medio, congelado en el espacio. No me rindo y no me interesa caerme, pero ya no lucho con la misma fuerza, ya no tengo mis ojos brillando con furia e insistencia encontra de lo que me han dicho que debo o no debo hacer. Existo y luego actuo, ya no actuo y luego existo. ¿Sera que estoy volviendome mas calmado que antes? y mas importante aun ¿Eso es bueno? Y todo esto viene a razon de que hace unos dias pense en que podia hacer, en lo que extrañaba, en lo que me estaba perdiendo. En la poca energia y personalidad que dejo ultimamente en lo que hago. Nunca es muy tarde, eso dicen ¿No?
Estoy al medio, voy a clases por que me gustan, pero el impulso no es el mismo. No por que ya no me guste sino por que pienso en las consecuencias de mis actos, pienso en lo que puedo hacer a raiz de lo que hago. Trabajo para Vodevil y aunque me encanta y sueño en el futuro, siempre pienso en lo mejor para la empresa, y para la gente que es parte de la empresa. Pienso en Daniel, y enfoco todos mis objetivos en hacer las cosas por el, por que lo amo y por que es la motivacion principal para hacer las cosas. Esta mi grupo, dando vueltas, hablando, escribiendo, riendo, dando giros por la vida, sin darse cuenta del peligro inminente. Veo a mi madre y trato de hablar lo menos posible, por que veo en su cara la preocupación económica.
Y me veo a mi en el espejo, viejo y gris, tanto el espejo como yo. Me pregunto cuando me toca a mi que alguien piense en que necesito, en que quiero. Me miro y entiendo la desesperación de mi madre cuando yo era joven y se preguntaba ¿Cuando me tocara a mi?, y se que aun hay rezagos de ese cansancio en sus ojos. Y aunque lo entiendo, y lo comprendo, no puedo evitar ver mi reflejo gris en un espejo, en un baño miserable, en un departamento deprimente, y mis ojos café mirándome con desgano, preguntándome ¿Cuando nos toca a nosotros?
Cuando....
Esa pregunta es la de siempre. ¿Cuando podre tocarte? ¿Cuando te podre besar? ¿Cuando nos iremos de aquí? ¿Cuantos días mas hay que esperar? ¿Cuando volvemos a tener dinero? ¿Cuando tendré trabajo de nuevo? ¿Cuando podre dormir esas horas que tanto me gusta, sin criticas, sin reprimentas, sin convicciones?
¿Y cuando aprenderé a callarme y entenderé que a nadie le interesa esto?
1 repercuciones:
Pues te digo algo? al menos tienes tu pekeño mundo uno donde nadie les dice q hacer y nadie se entera ... hay q tener valor para intentar sobrevivir sola con un hijo, la mia no lo tuvo y eso peso bastante al momento de largarme de casa con su foto en la mano ... al fin nos ibamos ...
Publicar un comentario