Adoro a mis amigas. Enserio, a todas y cada una de ellas. Las quiero por lo que son y sin embargo ese es uno de mis principales problemas.

Estoy rodeado de mujeres, en todo lugar, en todo momento. Cuando trabajaba en Starbucks conocí a algunas de las mujeres más importantes de mi vida (y también a una de las más detestables) y fue gracias a ellas que logre vencer mis miedos y mis incertidumbres. Fue gracias a muchas de ellas que logre obtener la confianza en mí mismo, esa confianza esquiva que había empezado a perder. Conoci y me conecte a la mitad que me hacia falta, y aunque no se si sus ojos son verdes o azules conozco la energia que transmiten, el shock que recorre todo mi cuerpo cuando la escucho hablar y sentir su voz llena de energia decir frases llenas de malicia. Esos rulos que me llena de felicidad y parecen una nube en la cual me quiero hundir. Conoci tambien a una estatua de magia negra, que con sus ojos destruia mi valor y me subyugaba sin remedio, y si, debo admitir que al final me rendi, me rendi con la satisfaccion de saber que yo salia por esa puerta con la cabeza mirando al cielo, siempre por encima de ella. Y como olvidar a la hermosa niña de brillantes ojos, que callo en un lugar al que nunca debio caer, y es que al caminar parecia que el sol salia con ella, transmitia una armonia que hacia que todo el mundo estubiera tras ella, en su sonrisa encontraba la calama y en sus palabras encontraba compañia. Gracias a ella recordaba por que valia la pena luchar, y aunque hace mucho no cruzamos nuestros caminos, se que ella aun sigue siendo tan linda como siempre.

Mi trabajo actual como asistente de producción, relacionista público, secretaria, inversionista, esclavo de Vodevil producciones me ha llevado a estar rodeado de mujeres. Primero de esa mujer tan enérgica y volátil como es mi jefa, dominada por la vehemencia de sus ideas y la pasión dormida en su corazón. Una mujer que inspira admiración, pero a la vez temor cuando brama con energía sus ideas o posiciones, el borde del rompecabezas que unifica ideas, sueños y a veces, deudas. Una mujer que cae al suelo, se arrastra y lucha por levantarse una y otra vez, aprendiendo por la fuerza. Y claro, tambien esta ella, la Princesa, que aun no es reina por qué no se atreve a dejar atrás lo que dice su madre. La princesa que baila con elegancia y hermosura por la vida, dejando estrellas, brillos, corazones rotos y su perfume por dónde camina, la hermosa princesa de ojos cautivadores que atrapa el alma de incautos caminantes. Una delicada flor atrapada entre un campo de espinas, una flor que lucha por seguir creciendo hacia el sol. El mundo sigue mirando a la princesa, y el dia que la princesa voltee a mirar al mundo y camine sobre el, las cadenas de cristal tan ligeras que ni ella misma las siente, se romperan por completo, y un coro de angeles acompañara su camino. Un camino en direccion a la persona que tanto tiempo la a esperado. Y cuando eso pase, yo estare alli aplaudiendo a su lado.

Están también las musas. Hechiceras, y cuenta cuentos que adornan la trama de mi vida. Escuchándome, acompañándome aconsejándome. Hechiceras casi brujas, como Vico, que encuentra magia en donde no la hay, solo para darle serenidad a la vida, de este viejo y cansado tipo. La que invita los chocolates en los tiempos difíciles, y esconde en su mirada una complicidad inexistente. Que pelea, grita e irrumpe en mi vida de una manera casi violenta en cada uno de mis pasos. Y claro, hablar de musas sin hablar de ella es imposible. La misteriosa mujer de cabello negro y risa sincera. Mi musa idealista, la dueña de fincas y cafetaleros imaginarios, el peligro del volante. Quien crea arte con sus manos y con programas, a quien los sentimientos se le escapan de las manos como los hilos que escapan de una carreta. En sus ojos redescubrí el universo, y entre risas recupere mis deseos, ella no lo sabe, o tal vez no lo comprende, pero la admiración y el cariño que le tengo late todos los días. Y cada vez que estudio y entro a mi instituto, pienso que si estoy aquí es porque quiero ser su complemento algún día, porque gracias a ella reinvente mis pasiones e ideales.

Existen también los pilares de mi existencia. Esta ella, mi artista frustrada que camina por la vida en el borde del mundo. Su sonrisa llena de inocencia y su suave piel, sus suaves brazos tomándome entre ellos, la mujer a la cual sé que puedo acudir aun en las más duras tormentas, quien me acogió en su casa cuando no tenia donde ir. Mi reina personal, mi ángel guardián, mi mesera improvisada. Un poco de todo, tan mía y tan de nadie. Y luego esta ella, claro está, ¿Cómo no nombrarla? El lado negativo y centrado. Mi psicoterapeuta psicópata, destructiva y malvada, perversa y malintencionada. Tan como yo, tan propia y tan compatible. Quien me responde los golpes e insultos, la que deja veneno cuando habla, un veneno cálido y agradable. Tan plana como una tabla, y tan dura como un ladrillo, tan seria como una broma de mal gusto. Villana y mente maestra, compañera de sueños macabros que aun no se realizan, personaje de libro aun sin escribir, así es ella, mi pilar sin color.

Vivo con ellas, las quiero, las aprecio. Son tantas que se que no estoy nombrando a todas las que deberia. Se me escapan princesas como Lorena, Claudia, Isumi, Mine, entre otras estrellas en mi firmamento.No necesito ser un director de teatro de tercera guiado por drogas para expresarme sobre ellas. Pero mi problema es que son tan mías y son tan parte de mi existir que a veces no me doy tiempo para mí. Si me llaman o me gritan allí estaré, son parte esencial, engranajes de un reloj. Son mis mujeres, estoy rodeado de ellas y no podría ser diferente. Tampoco me gustaría que fuera diferente. Gracias por darle color a mi vida, gracias por hacerme parte de su vida. Gracias por existir a todas y cada una de ustedes