Me pregunto



Me pregunto porque siento que mi corazón se destruye cada vez que me acerco a ti. Me cuestiono porque aun bajo la cabeza pese a que tu solo me estas lastimando. Me pregunto cuánto tiempo más soportare ser uno más en tu colección. Me pregunto por que no quieres decirme la verdad, me pregunto por que te importa, si ya no hay mas daño que puedas hacer

Me has hecho sentir que no valgo nada, que no soy y quizas, nunca fui nada para ti, que no represento nada más que un objeto para usar en caso de emergencia. Mis lágrimas han sido tantas, que podría llenar mi habitación con ellas. A veces ciento que me ahogo, y solo pienso en echarme a tus pies a pedirte que por favor, reconsideres todo lo que estás haciendo, que dejes de hacerme daño y te quedes conmigo o te alejes para siempre. Si me pierdes –lo cual parece imposible- me pregunto cuánto tiempo te tomara en acabar con el recuerdo.

Ya no me cuestiono acerca del porque de esta “soledad”, pero inevitablemente sigo justificándote, creo que todo lo que haces y todo lo que has hecho tiene un porqué, y aunque sea tan absurdas tus excusas y tus razones, te creo. Y es porque en el fondo, sigo siendo el mismo idiota que se perdía en tus promesas. ¿Estábamos enamorados de verdad? No lo sé, yo te ame con la fuerza de mil soles, pero a veces siento que solo ame a un espectro, a una ilusión. No me duele que me dejaras, ni que salgas con alguien más. Me duele y me lastima cada segundo pensar en que nada de lo que te dije o lo que tu dijiste significo algo. Te ame con tus defectos y tus virtudes, te admire porque siempre eras optimista, te desee más de mil noches, porque sentía que solo contigo podía ser todo lo que quería ser, podía liberar mis pasiones y deseos, para mostrarme desnudo ante ti. Y me pregunto si valió la pena todo lo que hicimos, todas las veces que intente convencerte sobre lo bueno que era que el resto del mundo supiera que eras feliz con alguien a quien amabas.

No me pregunto por qué me siento engañado y estafado, porque lo sé, y no necesito a ningún psicólogo o psiquiatra para que me lo explique. Me ha tocado ser el que tiene que pagar los errores, propios y ajenos. Pero no lloro, ni me compadezco. Me siento terrible si, pero no voy a decir que es el final de mi vida. Tengo la autoestima por los suelos, y es por eso que me aferro a algo que ya murió, pero no quiero aceptar que murió. Fuiste el primero, y quién sabe si serás el único. No lo se. Me pregunto si recuerdas que cuando la gente decía que nuestro romance no era posible, tú y yo lo defendíamos. Jamás estuvimos tan seguros de algo como de lo que hacíamos, jamás estuvimos tan orgullosos como de nuestros planes a futuro. En un mundo que nos alejo, decidimos estar juntos, vencer la soledad mano a mano, pero ahora, me pregunto por qué simplemente ya no soy parte de la fotografía

Me toca ver la vida pasar de lejos, me toca verte irte y acostarte con el, y con todos los que vengan después de él, porque es fácil para ti, ya no tienes nadie que te ate. Mañana llegaras a tu casa, y no estaré esperándote, mañana te conectaras segundos antes de irte a verlo, para ver si estoy. Pero no estaré. El domingo preguntaras que paso conmigo, pero nadie te responderá. Yo no lo hare. Quizás siga martillándome el cerebro pensando en cómo le haces el amor, o en como lo besas, en cómo te hace reír, y como te da todo lo que yo siempre quise, pero nunca pude darte – y tal vez, jamás pueda- y en millones de cosas mínimas, que me matan lentamente y se que no te importan. O si te importan lo escondes muy bien, o te importa tan poco como para no dejar de verlo.

Tal vez, algún día, cuando puedas ser sincero con tus sentimientos, cuando dejes de hacer cosas porque no sabes, cuando te des cuenta de que estas tomando el completo dominio de mi vida, o cuando te alejes por completo de mí, y dejes de quererme cerca solo porque me extrañas. Tal vez ese día podre llorar junto a ti, pero de felicidad. Por ahora solo me quedan dos cosas. La sensación de que ya no soy necesario para nada, y la tristeza, de saber que probablemente, nunca tengamos esa casa de dos pisos, esos tres niños, esos dos perros, esas mañanas llenas de sexo y amor, esas tardes en familia, esas noches de cansancio y ese deseo de envejecer juntos.

2 repercuciones:

Anónimo dijo...

no pierdas la fe, si habran casa niños y perros

Andi dijo...

ptm como se atreve!
no pude evitarlo...-_-